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Chávez gana el referéndum que aprueba la formación de una Asamblea Constituyente

Juan Jesús Aznárez

El presidente venezolano, Hugo Chávez, dispondrá, con muchos menos votos de los esperados, de la Asamblea Constituyente que pedía a sus compatriotas para enmendar la Constitución y ejecutar el programa revolucionario contra la corrupción y la pobreza prometido durante las campañas electorales del pasado año. Con el 79,39% de los sufragios escrutados,la abstención en el referéndum de ayer alcanzaba el 60,9%, mucho más de lo esperado. El 87,95% de quienes votaron lo hizo a favor de la Asamblea Constituyente.

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Un cheque en blanco

Las futuras competencias de la Asamblea serán definidas en un debate que se anticipa incierto y crispado, caracterizado por los choques entre las pretensiones hegemónicas de Chávez y el rechazo de éstas por la oposición, mayoritaria en el Congreso. "Hemos puesto la primera piedra de un largo camino", declaró el gobernante cuando votaba, aplastado por los abrazos de la militancia y los requerimientos de la prensa, seguro entonces de un triunfo cuya contundencia y legitimidad rebajó la escasa participación. Once millones de electores pudieron responder sí o no a las dos preguntas preparadas por el presidente, teniente coronel golpista en febrero de 1992, y ganador de las elecciones de diciembre pasado porque ofreció destruir el bipartidismo nacional, imperante durante cuatro decenios, y reconstruir el contenido y fundamentos de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial, mencionados como un obstáculo para la ansiada curación nacional.

"¿Convoca usted una Asamblea Constituyente con el propósito de transformar el Estado y crear un Nuevo Ordenamiento Jurídico que permita el funcionamiento de una democracia social y participativa?", fue la primera pregunta de un referéndum con perfil de plebiscito. Respondió afirmativamente el 87,95%, de los 3.421.776 votantes escrutados, y negativamente el 7,9%. La segunda pedía la aprobación de las bases de la convocatoria que redactó el Ejecutivo. El 81,62% dijo que sí y el 14,9%, que no. "Se han cumplido con creces las expectativas", declaró el ministro del Interior, Luis Miquelena, más obligado que sincero.

Los dos partidos tradicionales, Acción Democrática (ASD), socialdemócrata, y Copei, democristiano, citados por Chávez como responsables de la ruina venezolana, no se opusieron frontalmente a la consulta. AD liberó a su gente y Copei, en cueros tras los dos desastres electorales de 1998 y el fiasco de la ex Miss Universo Irene Sáez como su candidata a la presidencia, respaldó el referéndum con reservas.

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El temor de la oposición, sin embargo, no radica tanto en la entrada en funcionamiento de una Asamblea Constituyente como en cuáles vayan a ser sus poderes. AD, Copei y los electores que detestan a Chávez, situados casi todos en la clase media y media alta, sospechan que el caudillo al mando quiere enmendar la Constitución de 1961 para repetir mandato, siete años más después de concluir el periodo actual, de cinco, reelección consecutiva que le niega la actual Carta Magna. Sus detractores le acusan también de buscar una sustantiva ampliación las atribuciones del Ejecutivo y tratar de diseñar a su medida los otros poderes del Estado. El ex presidente Rafael Caldera se había pronunciado por la abstención porque, opinó, las Fuerzas Armadas están siendo politizadas como nunca y las propuestas "no son para mejorar las instituciones democráticas sino para desmejorarlas".

Acabar con la basura

Las consideraciones escuchadas en la calle entre los votantes del comandante-presidente, no entran en precisiones de ese tipo, y fueron más bien de este tenor: "Que haga lo que sea. Hay que acabar con toda esta basura que ha estado fregando el país durante 40 años". "¿Cómo se explica usted que siendo un país rico vivamos tan pobremente? Pues por esa bola de corruptos que anda sueltos por ahí". La apatía, la abstención, obedecen a varias razones: la Constituyente estaba cantada, y no había una pugna entre contrincantes. El descreimiento, las dudas, o el miedo a ensayos totalitarios, alejaron a otros. "Todo esto de la Asamblea Constituyente es un chiste. Los problemas son más profundos". La Asamblea Constituyente, de acuerdo con los planes de Chávez, deberá tener un poder originario: definir el nuevo marco institucional del Estado, y promover cambios radicales en las estructura del poder. Estará integrada por 131 miembros, será unicameral y funcionará 180 días. El Gobierno insiste en que, pese a las intimidarorias declaraciones de su titular, ningún atentado contra la democracia se ha cometido, y sólo protestan quienes se aterran ante un horizonte donde la impunidad no encontrará espacio.

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