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Nuevo atentado en Londres en un barrio habitado por inmigrantes asiáticos

El grupo neonazi Combat 18 se atribuye este ataque y el de la semana pasada en Brixton

El racismo es el principal móvil que baraja la policía de Londres en sus investigaciones sobre el segundo atentado con bomba que se produce en la capital británica en siete días. La explosión de un coche bomba, que causó siete heridos ayer en el corazón de una comunidad predominantemente asiática (una semana después de la bomba que estalló en el barrio multiétnico de Brixton), sugiere la autoría de alguna organización de extrema derecha. El grupo neonazi Combat 18 se atribuyó anoche la responsabilidad de ambos atentados en una llamada telefónica a Scotland Yard.

La explosión se produjo ayer por la tarde en la calle Brick Lane, arteria principal de un barrio modesto de inmigrantes de Bangladesh, Pakistán y otros países asiáticos. El hospital próximo a este enclave del este de Londres acogió a cinco personas heridas y los servicios de bomberos confirmaron "daños considerables" en los edificios, tiendas y restaurantes principalmente, que recibieron el impacto de la bomba. Testigos presenciales señalaron de inmediato que la bomba estaba cargada de clavos como metralla, el mismo sistema casero que se empleó en la bomba del sábado pasado. A esa misma hora, la policía practicaba en Brixton una reconstrucción de la escena de la semana anterior, en un intento por descubrir nuevas pistas que conduzcan a los autores del atentado.

Scotland Yard se juega parte de su prestigio en esta serie de atentados y no parece dispuesto a dejar cabo suelto. Un informe sobre el asesinato, en 1993, del estudiante negro Stephen Lawrence, publicado recientemente, denuncia el "racismo institucional" que reina en el cuerpo de la policía de Londres. Las investigaciones del crimen apuntaban hacia un grupo de sospechosos, todos blancos, pero la policía dejó escapar las pruebas que podrían haber confirmado su responsabilidad.

"Tenemos igual número de agentes investigando este caso que si la bomba hubiera estallado en Downing Street [residencia oficial del primer ministro]", señaló el responsable del equipo policial. Sus palabras causaron poco efecto entre los grupos antifascistas y algunos miembros de las comunidades étnicas. La Liga Antinazi ha criticado la lentitud de la policía a la hora de tratar la primera bomba como un atentado racial y se negó a desconvocar una manifestación en las calles de Brixton. Scotland Yard baraja todavía multiples posibilidades, pero finalmente reconoció el viernes que el movil racista encabeza la lista de sus investigaciones.

"Estudiamos la posibilidad de que asesinos blancos racistas hayan cometido este brutal crimen", señaló el detective jefe John Bunn. Bunn confirmó que cuatro organizaciones de ultraderecha se han responsabilizado de la acción de Brixton, pero sólo dio el nombre de una de ellas: Combat 18. Este grupo, de inspiración neonazi, reivindicó anoche la autoría de ambos atentados. El atentado en el barrio londinense de Brixton, la semana pasada, causó decenas de heridos.

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