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Mayor llama a los seguidores de Romero a dejar el PSOE y a integrarse en el Bloc Nacionalista. Mira: "Somos un país bastante suicida"

El candidato del Bloc Nacionalista Valencià (BNV) a la Generalitat, Pere Mayor, hizo ayer un llamada a los seguidores del ex secretario del PSPV, Joan Romero, a dejar el PSOE y a integrarse en el Bloc. "La crisis de los socialistas es la crisis de la imposibilidad de construir un PSPV frente a un PSOE cada vez más centralista, más españolista y que cada dia comparte más el modelo de estado del PP", dijo Mayor, que añadió que la única forma de frenar la mayoría absoluta del PP es "articular juntos una fuerza valencianista y de progreso". "Les recibiremos con los brazos abiertos", afirmó Mayor.

En el mitin que cerró la 4a Trobada Nacionalista -que congregó al BNV, Convergència Democràtica de Catalunya, Partit dels Socialistes de Mallorca y Unitat Catalana, partidos que van coaligados a las elecciones europeas- sirvió para que Mayor hiciese una "reflexión sobre la crisis" de los socialistas, "una oposición [al Partido Popular] dividida y dimitida", explicó. Después de atribuir la crisis y dimisión de Romero a la "imposibilidad de construir el PSPV" alejado de los postulados centralistas que se imponen desde Madrid - "un proyecto que ha fracasado"-, el candidato nacionalista lanzó la oferta de integración. "Es necesario que, junto a la gente del Bloc Nacionalista Valencià, articulen [los seguidores de Romero] una propuesta de progreso y valencianista. Nuestras puertas están abiertas. Ellos deben reflexionar, y serán recibidos con los brazos abiertos", afirmó Mayor. Mayor siguió con un análisis de los problemas del PSPV-PSOE, y arremetió contra los que la han provocado. "Tienen el mal de la irresponsabilidad. Irresponsabilidad con las instituciones valencianas, con sus electores y por hacerle el favor al PP de una forma indirecta", señaló Mayor, que aseguró que la batalla de los socialistas valencianos está situada en el dia después de las elecciones, "porque dan por perdidas las elecciones". Acto seguido volvió a reclamar la atención de los discrepantes con lo ocurrido en el seno del PSPV: "Nos tienen que ayudar a frenar al PP. Quizá las próximas elecciones las ganen, pero tenemos la obligación de hacer que no sea así con propuestas y con ideas, y no con crisis internas". El candidato nacionalista, arropado por algo más de 1.000 personas -entre ellos, dirigentes de los partidos participantes en el encuentro y del mundo de la cultura, como Joan Francesc Mira y Eliseu Climent-, también tuvo duras palabras contra el Partido Popular. "La gente del PP no es de fiar. Tengo pánico de que obtengan la mayoría absoluta", señaló Mayor, y lo justificó con dos argumentos: "Nuestro Partido Popular [el de la Comunidad Valenciana] está orgulloso de heredar la tradición de la derecha antivalenciana y antidemocrática de este país. Les interesan las instituciones porque allí hacen negocios, y quieren la desaparición de un país sobrerano y valenciano". En el acto también participó el candidato de la coalición de los cuatro partidos nacionalistas a las elecciones europeas, Pere Esteve, que defendió el papel de los nacionalismos frente a los estados.El ensayista Joan F. Mira, que ayer impartió durante los actos de la 4ª Trobada Nacionalista una conferencia sobre La realidad nacional valenciana, definió la identidad del pueblo valenciano en términos asaz autodestructivos. "Somos un país bastante suicida", aseguró, en referencia a lo que él considera una excepcionalidad en la historia de los sentimientos nacionalistas de todo el mundo: la falta de un proyecto integrador, la fractura entre un masa social de origen catalán (tras la repoblación de los territorios ocupados por los musulmanes) y una aristocracia de origen aragonés y castellano (y por tanto castellanoparlante) que nunca se planteó un destino para un territorio políticamente autónomo: el Reino de Valencia. "Somos un cuerpo que ha funcionado con la cabeza cambiada", abundó para referirse a esa especie de "zombi" que, para acabar de diluir su identidad, fue objeto a finales del siglo pasado de un verdadero proyecto, el de la disolución: "Un proyecto de no somos nada y si somos algo somos una mierda". En su línea argumental, también describió cómo frente a esta "autonegación perpetua" surgió en los sesenta una reacción nacionalista, quizá "bastante radical", positiva en cuanto al cambio de inercia pero negativa en cuanto a utópica e ignorante de "la complejidad social" de los territorios valencianos. No dio soluciones pero apuntó que ni están en el sentimiento blavero ni en el proyecto de unir los Països Catalans.

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