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Tres hombres vestidos con uniforme militar matan a tiros al vicepresidente de Paraguay

El vicepresidente de Paraguay, Luis María Argaña, principal adversario político del presidente Raúl Cubas, murió ayer en un atentado en el centro de Asunción perpetrado por tres individuos que vestían uniforme militar. La oposición responsabilizó a Cubas y al aliado de éste, el general golpista Lino César Oviedo. El Gobierno ordenó el cierre de las fronteras, las calles de la capital quedaron desiertas, y el miedo se apoderó de los paraguayos. La comunidad internacional acogió la noticia con estupor y consternación, y el presidente argentino, Carlos Menem, declaró que el Mercosur "está de luto".

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Se trata del primer atentado que se registra en Paraguay contra un líder político, desde que en 1982 perdió la vida en similares circunstancias el ex dictador nicaragüense Anastasio Somoza. El todoterreno en el que viajaba Argaña fue interceptado hacia las ocho de la mañana por otro vehículo, del que salieron los tres agresores que actuaron a cara descubierta. El vicepresidente recibió diez impactos de bala. El chófer y uno de sus guardaespaldas también perdieron la vida.El automóvil utilizado por los atacantes fue encontrado incendiado a poca distancia del lugar del atentado. La muerte de Argaña pone fin al duro enfrentamiento que mantenía con el presidente Cubas y agrava la larga crisis política que vive Paraguay. El dirigente asesinado se había convertido en el principal impulsor de un juicio político contra el presidente, con el objetivo de forzar su destitución por violar la Constitución.

Tres días después de asumir la presidencia, el 15 de agosto pasado, Cubas ordenó la liberación del general Oviedo, condenado a 10 años de cárcel por una intentona golpista en abril de 1996. Cumplía así la promesa en la que había basado la campaña electoral del Partido Colorado (en el poder), en la que Oviedo fue el verdadero protagonista en la sombra.

Con Cubas de presidente, Argaña era en teoría el número dos del régimen, pero en la práctica estaba en la oposición. El jefe de Estado no confiaba en él, ni tampoco los militares que, convenientemente purgados por Cubas, están alineados con las posiciones del general Oviedo.

Hace dos semanas, una convención del Partido Colorado terminó con graves enfrentamientos entre seguidores de Argaña y de Oviedo. Los últimos se apoderaron de la sede, que posteriormente fue clausurada y sellada por un juez. El lunes, la víspera del atentado, las llaves fueron devueltas a los argañistas. El Congreso, que tenía previsto llevar a cabo el juicio político dentro de dos semanas, se ha declarado en sesión permanente. En el caso de que el Parlamento hubiera dado luz verde a la destitución de Cubas, habría sido reemplazado por el vicepresidente Argaña.

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Cambio de ministro

Horas después del atentado, Cubas destituyó al ministro del Interior, Rubén Arias Mendoza, quien fue sustituido por Carlos Cubas, hermano del presidente. El nuevo responsable del Interior tuvo un breve paso por el Gabinete como ministro de Industria y Comercio, pero renunció al cargo después de que el presidente ordenase, tres días despues de asumir el poder, la liberación de Oviedo. En un mensaje a la población para pedir calma, Cubas dijo estar dispuesto a "llegar no sólo a los responsables materiales, sino también a los responsables morales". El jefe de Estado descartó, sin embargo, la declaración del estado de excepción.A pesar de este nombramiento, con el que Cubas intenta demostrar que controla la situación, la muerte de Argaña coloca al presidente en una difícil situación, tal y como reconoció el embajador paraguayo ante las Naciones Unidas, Hugo Saguier. "Es un retroceso en nuestro difícil tránsito hacia la democracia", afirmó el diplomático.

Desde las filas de la corriente argañista del Partido Colorado se exigió la inmediata dimisión de Cubas. La consigna central del Partido Colorado en las últimas elecciones presidenciales fue "Cubas al Gobierno, Oviedo al poder", cuando el general todavía estaba preso en una guarnición militar. Con la desaparición de Argaña, su acérrimo adversario, la consigna está más cerca de cumplirse en su integridad.

Las reacciones internacionales fueron inmediatas. Desde Miami, Carlos Menem, expresó su "dolor" y subrayó que el Mercado Común del Sur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), "está de luto".

Estados Unidos pidió a los paraguayos que renuncien a la violencia en el "proceso democrático" de su país y que se adhieran a las reglas constitucionales, informa Efe. James Rubin, portavoz del Departamento de Estado, también pidió al Gobierno de Paraguay una "investigación en profundidad" y llevar a los responsables del crimen ante la justicia.

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