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Mucho ruido y poca paloma

Sobre la contrapasa pesan años de discusión, estudios contrapuestos sobre las repercusiones en la evolución de la especie, admoniciones ecologistas y varias leyes parlamentarias. Y todo para 752 palomas y apenas 240 cazadores al día. Porque 752 palomas es la cifra que, según el balance ofrecido por el departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra, se han cazado en la primera campaña de caza en contrapasa autorizada por el Gobierno foral en los últimos años. Una veda que tenía como tope la captura de 3.000 animales. La tranquilidad con que se ha desarrollado el proceso es, según el departamento que dirige la consejera Yolanda Barcina, la característica más destacada del mismo. Ha sido un mes de contrapasa marcado por la mala climatología y la escasa afluencia de cazadores a muchos de los 584 puestos autorizados. Un dato sorprendente si se tiene en cuenta la fuerte presión ejercida desde hace meses por las asociaciones de cazadores para que se autorizara un mayor número de puestos. Afortunadamente, sólo se han interpuesto dos denuncias, dos sanciones por la muerte de cornejas y palomas zuritas que dieron lugar a la apertura de los correspondientes expedientes. No fue el único incidente. Dos acotados han sido apercibidos por disparar sobre un bando de ansarones, aunque los cartuchos no causaron ninguna baja. Inicialmente las organizaciones ecologistas criticaron que muchos de los puestos de paso tradicional autorizados incumplían el propio decreto foral que autorizaba la caza en contrapasa, bien por encontrarse en el interior de zonas de especial protección de aves (zepas) o por incidir negativamente en el resto de la fauna silvestre, rapaces en proceso de nidificación u otras especies protegidas. Efectivamente, el Gobierno foral apreció infracciones con aspectos de conservación en 45 de ellos y obligó a modificar su ubicación o se eliminaron durante los primeros días de la caza, prolongada desde el 14 de febrero hasta el pasado 14 de marzo. La labor se llevó a cabo con el apoyo pleno de los representantes de los cazadores y "sin mayores problemas", según fuentes de Medio Ambiente. Un 20% de los puestos autorizados, 105 en total, no se llegaron siquiera a ser utilizados en ningún momento. En el resto, la utilización fue muy discreta, ya que sólo se ocuparon al 25% de su capacidad. Eso significa que, de los 968 cazadores en términos absolutos que podían haber participado a diario en la campaña, a razón de dos por puesto, apenas 240 lo hicieron. De los datos de la campaña, el departamento de Medio Ambiente ha sacado dos conclusiones: por un lado, que los cazadores han dado una tímida respuesta a la oferta de puestos, y por otro, que la actividad se ha desarrollado con corrección y respeto hacia la naturaleza. En definitiva, unos resultados muy modestos para todo el ruido generado alrededor de la caza durante el trayecto de regreso de las aves a sus lugares de cría en el centro y norte de Europa.

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