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Expertos y padres denuncian en un congreso la mala gestión de la educación especial en Andalucía Asociaciones de afectados se ofrecen como administradoras de los fondos públicos

Si la Administración gestiona mal los recursos, que sean las asociaciones las que administren el dinero público destinado al colectivo de 25.000 niños andaluces con necesidades educativas especiales. Ésta es una de las propuestas elaboradas en el I Encuentro Nacional de Modelos Prácticos de Intervención en Educación Especial, clausurado ayer en Almería. Durante tres días se han puesto de manifiesto las diferencias en calidad de vida de un niño autista nacido en Andalucía y otro que viva en Euskadi, donde personal preparado aplica desde hace 15 años programas de comprobado éxito.

Las jornadas organizadas por la Asociación de Padres de Niños Autistas de Almería (Apnaal) han analizado el conocimiento y los modelos psicopedagógicos de eficacia en toda clase de discapacidades: autistas, afásicos, disfásicos o personas con retraso mental. Se apaga la luz en la sala -abarrotada con más de 200 personas procedentes de toda Andalucía- y se inicia la proyección de un vídeo que banaliza la explicación de argumentadas teorías por la fuerza de su imagen: un niño de cuatro años va en busca de otro de su misma edad, lo coge de la mano y lo integra en el grupo del resto de niños. Los dos tienen la misma edad pero uno está sano y el otro no. El que se aísla en un principio es un niño autista y su compañero, el que va en su busca y lo integra, ha hecho de coterapeuta sin él saberlo porque tiene asumida una "educación en valores" desde muy pequeño. Así se resume el llamado programa Teacch para personas discapacitadas que se aplica en Estados Unidos, en países de la Unión Europea y dentro de España sólo en Guipúzcoa, por medio de la Asociación Gautena. El objetivo del método es sólo uno: conseguir que el autista no se aísle en centros específicos y que éste se sienta útil a la sociedad dentro de sus posibilidades y en marcos normalizadores. "Andalucía está a años luz de esto", comentaban los congresistas entre pasillos. A pesar de que el sistema educativo en Andalucía recoge esas intenciones con la LOGSE, la realidad dista mucho de la teoría. El 70% de los niños autistas andaluces -se calcula una población de más de 4.000- están ingresados en centros especiales. En Guipúzcoa, donde existen 86 niños con este problema, sólo tres asisten a un centro específico, el resto está integrado en aulas con niños sanos. "Existe una demanda brutal de padres de niños con este problema en nuestra comunidad autónoma debido a ese abandono por parte de la Administración", comenta Antonio Ruiz Sarmiento, presidente de Apnaal y coordinador del encuentro. La integración coherente es otro de los propósitos esgrimidos en el congreso. "Que se acostumbren a las estereotipias y las conductas. Servirá para que el niño se integre: que el que consideramos normal, siempre que sus padres lo quieran, se meta dentro del aula específica y ayude al niño enfermo", añade Ruiz Sarmiento. La escasez de programas de comunicación aplicados a estos colectivos acaparó también gran parte de las jornadas. "La administración te manda a los profesionales y éstos dicen que la administración no les forma para potenciar esos sistemas de comunicación", explicó una de las participantes, que añadía un dato revelador: el 90% de los autistas andaluces son no verbales. "¿Acaso son más autistas los niños andaluces que los niños del norte?", conjeturó.

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