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Reportaje:

Las primeras concentraciones extremas de polen afectarán a millones de españoles

El número de alérgicos, cada vez más jóvenes, se ha duplicado en los últimos 20 años

Cuando John Bostock descubrió los primeros síntomas de la alergia, en 1819, sólo halló a 20 personas con ese problema en toda Inglaterra. Si hubiera nacido 180 años más tarde, lo habría tenido más fácil: en España habría encontrado ocho millones de alérgicos. Hace 20 años, un 10% de los españoles sufría esa enfermedad, y los síntomas se manifestaban a los ocho años. Ahora la proporción es del 20%, y la alergia aparece incluso a los tres años. Esta semana se oirán ya los estornudos: hay concentraciones extremas de polen de ciprés y en breve llegarán las temidas gramíneas.

Una enfermedad de la aristocracia. Así la describió en 1873 Charles Blackley, el primero que sistematizó su estudio. Las cosas han cambiado: la alergia no distingue ya el color de la sangre y hoy aqueja a uno de cada cinco españoles. A pesar de ello, y de que los expertos consideran la alergia el trastorno inmunológico que más afecta al ser humano, hace apenas veinte años se hablaba de "catarro primaveral" en lugar de alergia, como recuerda el jefe de Alergología del hospital Santiago Apóstol, de Vitoria, Luis Fernández de Corres.Y es que en estos días, y por culpa de los índices extremos de polen provenientes del ciprés, las arizónicas y el plátano que ya se están registrando en Cataluña, Andalucía, Levante y Madrid, los alérgicos empiezan a sufrir los primeros síntomas: estornudos constantes y picores en la nariz, los ojos y la garganta. ¿Por qué? Porque el organismo se emplea con excesivo celo contra agentes inofensivos. Ante la disminución de virus y toxinas en el mundo desarrollado, los sistemas de defensas del cuerpo reaccionan contra pólenes y demás productos vegetales cuya eclosión se produce en primavera, entre marzo y junio.

Particularidades

Cada región tiene su peculiaridad. Si en Andalucía el olivo empieza a causar estragos, en el norte es el abedul; en la meseta, el ciprés y las gramíneas, y en la Comunidad Valenciana y Cataluña, la parietaria, una maleza que crece en las ciudades. ¿Cómo se combate? Con vacunas y fármacos (antihistamínicos y aerosoles). Las primeras las recetan sólo los especialistas, siempre que se haya comenzado el proceso de diagnóstico en su momento (en septiembre u octubre), y los segundos, también los médicos de cabecera.Las últimas dos primaveras fueron muy duras para los alérgicos a causa de las lluvias del invierno, que hicieron más exuberante la primavera. Este año, sin embargo, la sequía invernal, que está causando fuertes concentraciones de polen en febrero y marzo, anuncia una primavera algo más benévola. Así lo predicen los expertos, entre ellos el coordinador del Comité de Aerobiología de la Sociedad de Alergología, Javier Subiza, y el vocal de la entidad, Antonio Nieto.

El jefe de Alergología del hospital Vall d"Hebron, de Barcelona, Álvaro Cadahia, sin embargo, recuerda que todo depende en última instancia de las lluvias primaverales: si cae agua, limpiará la atmósfera de pólenes. Si no, las crisis alérgicas están aseguradas.

Para hacer frente a estas crisis, el Ministerio de Sanidad no tiene previsto ningún programa específico. La Comunidad de Madrid es la única con un plan: desde 1973 mide los pólenes, y en 1991 inició un programa sobre el asma, la principal enfermedad causada por la alergia, con el que ha formado al 15% de médicos de atención primaria. Además, se han editado libros de autocuidados para los enfermos, y se cuenta con 10 sensores de pólenes distribuidos por toda la Comunidad. La directora del programa, Amparo Mancebo, anuncia una nueva iniciativa: "Formar a los profesores de educación física para adecuar las clases a los asmáticos".

Todo para intentar combatir las consecuencias de una enfermedad, la alergia, que, según el asesor de la Organización Mundial de la Salud y jefe de Alergología del hospital Ramón y Cajal, de Madrid, Emilio Álvarez Cuesta, puede afectar a la mitad de la población occidental dentro de 20 años.

250.000 millones

Como dice su colega Antonio Nieto, "la cantidad de alérgicos tiene relación directa con el PIB del país". Y aporta un dato: la alergia genera al menos 250.000 millones de pesetas en gastos directos (atención médica, fármacos, vacunas) e indirectos (bajas laborales, absentismo escolar).El director de Atención Primaria del Insalud, Rafael Matesanz, subraya que el año pasado se gastaron en España 4.850 millones sólo en vacunas para la alergia. La cifra asciende hasta los 69.250 millones de pesetas en el resto de medicamentos para la alergia (antihistamínicos, broncodilatadores, antiasmáticos o inhaladores). La alergia es una enfermedad con predisposición genética y con una alta incidencia familiar, por lo que aumentan las posibilidades de transmisión hereditaria. Por otro lado, la contaminación y la combustión de los hidrocarburos potencian la sensibilidad ante los pólenes. Un estudio reciente del Gobierno vasco ha demostrado que hay más alérgicos en Vizcaya que en Álava. Es decir, es mayor donde existe mayor concentración urbana. En España, el 25% de los habitantes de las ciudades sufre alergia, mientras que sólo el 12% de los que viven en zonas rurales se ven en la misma situación.

A pesar de ello, los proyectos específicos en España no suelen pasar de la instalación de sensores de pólenes y de la distribución de la información en tres frentes: médicos especializados, Internet (véase gráfico) y el centro de la Red Española de Aerobiología (REA), en Córdoba. En algunos casos, como el catalán, la financiación es privada. Álvaro Cadahia recuerda que son necesarios 38 puntos de detección de polen en Cataluña, pero sólo disponen de 8.

En Córdoba se centralizan los datos de las comunidades y se elabora un mapa general con previsiones. Una coordinadora de la REA, Paloma Cariñanos, sólo se atreve a hacer un cálculo a largo plazo: "Como ha llovido poco y los olivos han dado mucho fruto, se deduce que producirán menos polen". En cualquier caso, los estornudos, las toses y los picores de ojos y garganta ya están aquí.

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