_
_
_
_
_

Dos civiles muertos en nuevos enfrentamientos entre serbios y separatistas en Kosovo

La fiebre bélica subió ayer en Kosovo con la concentración de tropas yugoslavas en la frontera de la provincia secesionista y con la confirmación por parte de los observadores de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) de choques armados entre policías serbios y milicianos del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) en el sur, donde murieron dos civiles, y de disparos de misiles en el norte. Mientras, el presidente de EEUU advirtió a Serbia que cualquier intento de represión en Kosovo, antes de que las partes se vuelvan a reunir en Francia el 15 de marzo, será respondido por la OTAN

Más información
La UE reserva 55.000 millones para construir viviendas
El resultado real de Rambouillet

Los intercambios de disparos ayer por la tarde en el sur entre las fuerzas serbias y los nacionalistas de ascendencia albanesa duraron hora y media y costaron la vida a dos civiles, según Simon Gerry, uno de los portavoces de la Misión de Verificación de Kosovo (KVM) que la OSCE tiene en la zona. Los serbios entraron a "investigar" en un pueblo controlado por el ELK.En el norte también hubo fuego armado, con lanzamiento de granadas y misiles. "Hemos visto los disparos, pero no tenemos pruebas de que fueran dirigidos contra posiciones del ELK", señaló otro portavoz. "No hay señales de combates".

Los observadores internacionales ya habían detectado la presencia de carros de combate y otros blindados en el norte, aparentemente con el propósito de expulsar a los secesionistas de sus posiciones en el valle de Vucitrn, a unos 40 kilómetros al noroeste de Pristina, la capital provincial. Cientos de vecinos abandonaron el área.

Ante el rápido deterioro de la situación, el secretario general de la OTAN, Javier Solana, declaró ayer a la cadena CNN+ que no excluye "una intervención en Kosovo antes del 15 de marzo", la fecha fijada para la reanudación en Francia de las conversaciones de paz, "si los serbios hacen que la situación cambie y realizan una ofensiva". "Estos días previos deben aprovecharse para la reflexión, no para preparar la guerra", advirtió.

Desde San Francisco, EEUU, el presidente Bill Clinton envió un mensaje claro al presidente yugoslavo Slobodan Milosevic: "Serbia debe entender que sólo si deja a la gente de Kosovo el control de sus vidas podrá mantener su país intacto". Para reforzar esta sentencia, Clinton avisó a Milosevic que cualquier "intento de represión" en Kosovo será respondido por la OTAN.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Los serbios presentaron los movimientos de tropas como si fuesen unas "maniobras invernales", lo que llevó a una representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) a pedir a las autoridades de Belgrado que suspendieran tales maniobras porque la población no sabe distinguirlos de combates reales y vive aterrorizada. Las maniobras invernales del martes dejaron heridas con metralla a cuatro personas, según ACNUR, y provocaron la huida de 400 personas de una localidad de 600.

Ante la situación al otro lado de la frontera, en una provincia donde el 90% de la población es de cultura albanesa, el ministro de Defensa de Albania, Luan Hajdaraga, pidió a sus tropas en la zona que permanezcan en estado de máxima alerta. Hajdaraga visitó la región acompañado del agregado militar norteamericano en Tirana, y ambos asistieron a unas maniobras artilleras con fuego real a pocos kilómetros de la frontera con Serbia.

Las perspectivas de una guerra abierta en Kosovo han vuelto a provocar en Belgrado el temor a una movilización. "Hace dos o tres días no había pánico, pero ahora la situación ha cambiado por completo", reconocía ayer Natasa Kandic, directora del centro Derecho Humanitario.

Knut Vollebaek, presidente de la OSCE, tiene previsto entrevistarse la semana entrante con los dirigentes políticos serbios y kosovares para alentarles a llegar a un arreglo pacífico. Un eventual acuerdo será apoyado por unos 28.000 soldados occidentales, entre los que habrá 1.200 españoles, legionarios en su mayoría, según confirmó ayer el ministro portavoz del Gobierno, Josep Piqué. La operación aliada se llamará Guardián Conjunto, y es posible que en ella participen países que no pertenecen a la Alianza.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_