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Las adopciones internacionales se han triplicado en un año, pero apenas alcanzan a unos 300 niños

Las adopciones internacionales por parte de familias catalanas crecieron de forma considerable durante el año pasado y casi se triplicaron los casos de 1997 pero, con todo, ni siquiera superaron los 300 niños. Según las cifras oficiales facilitadas ayer por el Departamento de Justicia de la Generalitat, 297 menores procedentes de otros países fueron asignados en 1998 a familias catalanas, mientras que el año anterior se produjeron 119 adopciones. Las cifras evidencian que, pese al aumento, la adopción internacional sigue siendo muy lenta, ya que se mantiene una espera superior al año y medio. En 1998 se tramitaron 758 expedientes de solicitudes, frente a los 391 de 1997. Del mismo modo, se emitieron 958 certificados de idoneidad -483 en 1997-, que es el primer documento que necesita una familia para iniciar los trámites burocráticos en el país de origen de los niños. Eso quiere decir que la tramitación burocrática para que se produzca una adopción se ha agilizado en la parte que corresponde a Cataluña, pero sigue habiendo problemas en la tramitación posterior necesaria hasta la entrega del niño a los padres adoptantes, tarea de la que se ocupan las entidades colaboradores de adopción internacional, que son las que legalmente tienen delegadas esas funciones. Por países, Rumanía sigue siendo el país más solicitado por las familias (234 casos), seguido de China (114), Bulgaria (106), Colombia (94) y México (87). El año pasado siguió aumentando, aunque con menor intensidad, el número de solicitudes de adopción internacional -1.181 frente a 822 en 1997- debido a la práctica imposibilidad de adoptar a un niño catalán de corta edad y que no sufra ninguna enfermedad. La consejera de Justicia de la Generalitat, Núria de Gispert, explicó que el año pasado sólo se dieron en adopción 86 niños catalanes y la mayoría de ellos no llegaron a pasar ni seis meses en centros de la Generalitat. Por el contrario, Justicia hace un llamamiento para que haya más familias dispuestas a acoger temporalmente a niños desamparados hasta que puedan volver con sus familias biológicas. El año pasado, 335 familias acogieron a menores catalanes, lo que supone un aumento del 40%.

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