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La depuradora del Baix Llobregat tratará el 20% de las aguas residuales de Cataluña

Una de las infraestructuras medioambientales más importantes de Cataluña -y la de más envergadura de las previstas en el plan de saneamiento- echó ayer a andar. La ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, y el consejero de Medio Ambiente, Joan Ignasi Puigdollers, dieron el pistoletazo de salida para la construcción de la depuradora del Baix Llobregat, que tratará las aguas residuales del 20% de la población catalana. La planta comenzará a funcionar en el año 2001 y tratará más de 420.000 metros cúbicos de agua al día; será una de las más grandes de Europa, y dará servicio a una población de dos millones de personas, contando residentes y transeúntes, industrias y comercios.

La instalación depurará la mitad de las aguas de Barcelona y todas las de L"Hospitalet, Sant Boi, El Prat, Cornellà, Esplugues, Sant Joan Despí, Sant Just Desvern y Santa Coloma de Cervelló. La planta podrá ser ampliada en un 50% y tratar 630.000 metros cúbicos al año, lo que garantizaría las necesidades futuras de saneamiento. Tocino y Puigdollers firmaron ayer el convenio por el que se encarga la construcción de la depuradora a una sociedad pública creada para tal fin. Con la firma, se inicia también la licitación de las obras, que comenzarán en verano y estarán acabadas en el 2001. La inversión ronda los 40.000 millones de pesetas, de los que el 85% serán aportados por el ministerio y el resto por la Generalitat. Terrenos en El Prat La depuradora ocupará 42 hectáreas en unos terrenos en El Prat, junto al margen del río Llobregat una vez desviado. La infraestructura constará de la propia planta, una red de colectores y un emisario submarino de 3,5 kilómetros que vertirá en el mar las aguas que una vez tratadas no sean utilizadas de nuevo. La planta seguirá un tratamiento biológico que eliminará el 90% de la contaminación de las aguas y permitirá su reutilización para el riego del bosque de ribera y el mantenimiento de los humedales del delta. Los fangos que se obtengan después de la depuración serán sometidos a una serie de procesos para ser recuperados. Las previsiones sitúan en 40.000 toneladas al año los fangos que se podrán aprovechar. La mayor parte se volverán a utilizar como abono agrícola, aunque también servirán como combustible para cementeras. El biogás resultante del proceso de digestión de los fangos producirá, conjuntamente con la cogeneración a partir de gas natural, la energía eléctrica necesaria para el funcionamiento de la planta. Además de recuperar medioambientalmente el degradado tramo final del Llobregat, desde Sant Boi hasta su desembocadura, la depuradora regenerará el litoral el Baix Llobregat, desde el puerto de Barcelona hasta el macizo del Garraf. Isabel Tocino aseguró ayer que entre los planes del ministerio no figura el trasvase de agua del río Rodano a Cataluña, aunque no cerró las puertas a considerar esta posibilidad. Tocino se mostró "abierta a que se estudien todo tipo de posibilidades" para solucionar el déficit hidráulico de Cataluña, que aseguró que no es estructural, y garantizó que no habrá restricciones de agua en Cataluña. La ministra señaló que la prioridad ahora es llevar a cabo la planificación hidrológica necesaria para visualizar todos los déficits que presentan las cuencas españolas. Tocino se refirió al Libro Blanco del Agua, que señala, "sin afán de polémica y con rigor científico", que Cataluña sufre un déficit coyuntural y no estructural. "Antes de decir si una zona tiene un déficit estructural habría que mirar si se ha utilizado todo el sistema hídrico", señaló la ministra. Tocino apuntó que el déficit de agua de Cataluña podría solucionarse con medidas como un uso más eficiente de los recursos hidráulicos. Dado que el Libro Blanco del Agua señala que los déficits se han analizado en la medida en que pueda cubrirse con aportaciones de la misma cuenca, la ministra planteó como posibilidad a tener en cuenta las aportaciones del Ebro aguas arriba si el estudio de su cuenca pone de manifiesto que existen excedentes y, por tanto, "se puede ver si se pueden hacer trasvases", aseguró.

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