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El aceite de oliva ha subido un 30% en origen desde el 1 de enero

Los precios del aceite de oliva en origen experimentaron un incremento del 30% durante el mes de enero, según los datos manejados por el sector. Esta fuerte subida se ha debido a que la cosecha ha sido moderada, de 750.000 a 800.000 toneladas y, sobre todo, a los temores de que el próximo año tampoco haya una producción elevada, consecuencia de las duras condiciones climatológicas del otoño. Ante esta circunstancia, se espera que durante los próximos meses siga de forma moderada la carrera alcista de los precios.

Pese a todo, en ningún caso se puede comparar esta situación con la crisis del aceite en 1996, cuando los precios en origen llegaron a las 700 pesetas kilo a causa de una cosecha de solamente 340.000 toneladas.De acuerdo con los datos oficiales, esta campaña las existencias estarán más ajustadas a la demanda, pero no va a faltar aceite. Esta subida en origen no se debería trasladar al consumidor hasta pasadas algunas semanas, con un precio que no debería superar las 425 pesetas y que seguiría siendo el más barato de todo el mundo

La actual campaña oleícola, según los datos manejados por la Administración, se inició el pasado 1 de noviembre con unas existencias totales en manos de productores, industriales y de la intervención de 308.000 toneladas. A esta cifra se sumarían otras 36.000 toneladas de importaciones, así como una producción estimada de unas 750.000 toneladas. Todo ello arroja unas disponibilidades de 1.093.000 toneladas.

Los precios del aceite de oliva, tras una campaña récord de 1.091.000 toneladas en 1998, tuvieron durante ese periodo un comportamiento a la baja, que llegó a las 260 pesetas por litro. Las previsiones de este año apuntaban a otra gran cosecha, superior a las 900.000 toneladas. Sin embargo, la sequía del otoño y las fuertes heladas han reducido las previsiones a menos de 800.000 toneladas.

La subida de los precios en este momento respondería no solamente a la cosecha moderada, sino al temor a que la climatología haya dañado el árbol, lo que provocaría una nueva baja cosecha la próxima campaña.

La demanda actual de aceite de oliva se sitúa en un millón de toneladas, de las que 530.000 corresponderían a la demanda interior y otras 500.000 a la exportación, muy especialmente a Italia. Para este año, contando con una moderada subida de los precios, se espera que la demanda interior se estabilice en unas 500.000 toneladas y que la exportación alcance unas 430.000. Oficialmente, según estos datos, para noviembre de este año quedarían unas 160.000 toneladas. Sobraría aceite, aunque menos que hace un año.

La actual situación del mercado tira por tierra una serie de medidas o interrogantes planteados desde diferentes administraciones sobre el aceite de oliva:

Prohibiciones. El pasado año, la Administración, de acuerdo con muchos representantes olivareros y la propia Junta de Andalucía, planteó la prohibición en España de nuevas plantaciones de olivos durante tres años para evitar aumentar la oferta y ordenar el sector. La propuesta del PP no prosperó en el Congreso.El actual comportamiento del mercado probaría que no sobran olivos y que hay posibilidades de seguir creciendo.

Excedentes. Una de las preocupaciones del comisario de Agricultura de la UE, Franz Fischler, en la aprobación de la nueva OCM para el aceite de oliva era el temor a los excedentes. La realidad ha demostrado que Fischler no tenía razón y que, en lugar de cifrar todos los esfuerzos en limitar la producción, el objetivo comunitario debería consistir básicamente en aumentar la demanda.

Italia. La evolución del mercado ha reflejado una vez más que en Italia no hay el aceite del que se habla oficialmente. Hace tres meses Italia manejaba unos excedentes de aceite de oliva de casi 500.000 toneladas y baraja unas cifras similares de cosecha. La realidad parece ser que no se llega a las 150.000 toneladas de aceite este año. Los italianos han vuelto a acudir al mercado español para cubrir sus necesidades.

Precios. Actualmente, en la producción existe una cierta euforia ante la posibilidad de percibir unos precios altos que prácticamente han pasado en dos semanas de 300 a 400 pesetas. El olivarero mantiene una posición lógica de retener mercancía para que siga subiendo el aceite, como en 1996. Pero no parece ésa la mejor postura para el sector si tenemos en cuenta que los altos precios del pasado hicieron caer la demanda un 40%.

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