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Reportaje:

Querido 'rey' Gallardón

Un centro de 1.400 mayores solicita al presidente regional que frene el inminente derribo de su local en Vallecas

Los 1.400 socios del centro de mayores del barrio del Alto del Arenal (Puente de Vallecas) han escrito entre todos una carta a los Reyes Magos. Pero en vez de enviársela a los monarcas de Oriente se la remitieron ayer al presidente regional, Alberto Ruiz-Gallardón, porque es él, y no Melchor o Baltasar, quien puede atender su deseo: que la Comunidad de Madrid reconsidere su plan de derribar su viejo centro porque dejaría a los jubilados de la zona sin su local de reunión. Solicitan que el local se rehabilite o que, si la demolición es imprescindible por seguridad, se habilite otro nuevo en el barrio. El edificio, situado en la calle de Pont de Molins, es una casa baja construida en precario hace 35 años por la extinta Obra Sindical del Hogar, un organismo franquista dedicado a la construcción de viviendas públicas que levantó los 800 pisos de esta barriada obrera. El Gobierno regional considera que hay que tirar el local porque, según sus datos, amenaza ruina y teme que pueda ocurrir una desgracia. Criterio que no comparten los jubilados, para quienes el recinto sólo sufre achaques de la edad solventables con una reforma adecuada.

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"Si el edificio tiene problemas es porque la propia Comunidad lo ha ido abandonando, porque tanto el anterior Gobierno socialista como el actual han tenido siempre la idea de tirarlo", explica el presidente del hogar, Lino Arenal. "No decimos que el centro esté perfecto, pero creemos que en vez de derribarlo lo pueden rehabilitar, tal y como han hecho con otros que se encontraban en peor estado, como el de Entrevías o el de San Nicolás, en Sánchez Preciados (Tetuán)", añade.

"Incluso tenemos planos de un proyecto que había hace cuatro años para construirlo de nuevo, pero parece que todos esos planes se han ido olvidando y sólo se habla de demolición. El problema está en que por la zona no hay más centros para jubilados; los más cercanos son el de Puerto del Milagro, de la Comunidad, que queda a un kilómetro y medio, y otro del Ayuntamiento en Pedro Laborde, muy abarrotado", matiza Lino Arenal.

Comparado con otros hogares de mayores de reciente creación, el local, de más de 150 metros cuadrados, tiene un aire avejentado y obsoleto. El mobiliario es escaso y anticuado, hay algunas grietas en las paredes y partes del suelo presenta irregularidades. Pero, cada día, decenas de mayores del Alto del Arenal se acercan a él caminando desde sus casas para echar una partida, ver la televisión, charlar, cortarse el pelo, tomar un café, leer el periódico y apuntarse a las excursiones.

"En la colonia del Alto del Arenal vivimos sobre todo personas mayores, muchos con problemas para movernos, y necesitamos un centro que no nos quede alejado de nuestras casas", explica el presidente de este club de jubilados. Hace una década, el recinto no sólo se utilizaba como un espacio para jubilados. En él funcionaba un aula de alfabetización y educación de adultos, un taller de escritura a máquina para jóvenes y otro de confección. Poco a poco esos servicios fueron retirándose y, desde hace un par de años, se eliminó la figura del director y de la trabajadora social. Todo eran presagios que venían a confirmar el insistente rumor de la demolición del edificio.

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Pero las suposiciones se hicieron realidad cuando, en diciembre, llegó un escrito del Gobierno regional anunciando el cese, a partir de este mes de enero, de los contratos de adjudicación del bar y la peluquería. Ante la alarma suscitada, la junta directiva del hogar se reunió el pasado 22 de diciembre con el gerente del Servicio Regional de Bienestar Social de la Comunidad, Joaquín Moya, quien, según aseguran, les confirmó el derribo sin fijar una fecha para su ejecución, aunque se prevé que no se demore.

"Nos dijo que iba a enviar a unos técnicos para estudiar en profundidad el estado del inmueble, aunque aseguró que ya tenía informes, y nos prometió que iba a buscar un local alternativo por la zona para ubicar el centro, lo que nos pareció bien, pero difícil porque no hay recintos libres", concluye Arenal.

Este periódico intentó ayer, sin éxito, recabar la versión de Joaquín Moya o de otros responsables de temas de mayores en la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales.

En su misiva, los jubilados le recuerdan a Ruiz-Gallardón las promesas que les hizo de acondicionar el centro cuando todavía pujaba por la presidencia regional que ahora posee.

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