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Cuatro turistas secuestrados en Yemen mueren en su rescate por el Ejército

, El secuestro, el lunes, de 16 turistas -12 británicos, dos estadounidenses y dos australianos- en Abyan (Yemen) ha terminado en tragedia. Cuatro de ellos y tres de sus captores perdieron la vida durante una confusa operación de rescate en la que fueron detenidos 13 miembros de un grupo armado islamista que se autodenomina Yihad Islámica. La toma de rehenes es, desde 1993, una constante en el sur del país, mediante la cual las tribus locales tratan de arrancar concesiones económicas al Gobierno central. Este caso es el primero en cinco años que acaba con muertes.

Los muertos son tres británicos y un australiano, según declaró anoche el ministro británico de Exteriores, Robin Cook. Con anterioridad, las autoridades yemeníes habían dicho que se trataba de cuatro británicos, dos hombres y dos mujeres que, aseguraron, murieron a manos de sus captores. Otros dos rehenes resultaron heridos y el resto fue liberado sin sufrir daño alguno.Es la primera vez que un secuestro de estas características acaba en un baño de sangre en Yemen, un país muy pobre situado al sur de la península Arábiga y en el que, desde hace cinco años, es frecuente la toma de rehenes por parte de las tribus del sur con los que presionan para obtener diferentes contrapartidas del Gobierno.

Armados con Kaláshnikov, rifles de asalto de tercera mano, y cuchillos tradicionales, los jefes de las tribus del sur escogen entre sus objetivos a occidentales, ya sean turistas, hombres de negocios o empleados de diversas compañías. Desde que el 24 de enero de 1993 se produjo el primero, el de un canadiense, más de 150 occidentales han sufrido retenciones más o menos largas. Desde agosto, este tipo de delitos puede castigarse con la pena de muerte.

Pero esta vez todo ha sido diferente. Las autoridades, normalmente pasivas, se han decidido a intervenir en una arriesgada operación militar de rescate en la que, además de los cuatro turistas, perdieron la vida tres secuestradores. La decisión de intervenir pudo estar motivada por el elevado número de turistas (16) capturados, por el tipo de grupo secuestrador (islamistas radicales que se hacían llamar Yihad Islámica) y por las características políticas de sus peticiones: la liberación de su líder, Saleh Haydara Atwani, y el levantamiento del embargo contra Irak.

El embajador británico, Victor Henderson, se reunió de inmediato con miembros del Ministerio del Interior yemení para conocer de primera mano lo sucedido en Abyan. Las autoridades de Yemen se defienden de las críticas asegurando que se trataba de un grupo peligroso. Acusan a Haydara Atwani de ser el responsable de una serie de campos de entrenamientos para terroristas clausurados recientemente.

Extraño grupo

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No está claro, sin embargo, que este grupo esté vinculado a ninguna multinacional del terror, ni que la acción de secuestrar a 16 turistas, todos ellos, excepto dos de nacionalidad australiana, británicos y norteamericanos, tenga que ver con el reciente bombardeo anglonorteamericano sobre Irak.El secuestro que ahora ha terminado en tragedia es el mayor de todos, y se produce tres semanas después de que la tribu Bani Dhabiane capturara a cuatro turistas alemanes, tres de ellos mujeres. Los cuatro se hallan en cautividad desde el 6 de diciembre. Los periódicos yemeníes aseguran que los secuestradores de estos alemanes exigen un rescate de 100 millones de pesetas, varios automóviles de lujo, casas y puestos de trabajo en el Ejército para los miembros de la tribu. Esto no es lo más frecuente. Las tribus del sur suelen exigir a cambio de la libertad de sus rehenes mejoras en infraestructuras en las zonas en las que viven.

Este tipo de acciones amenaza la floreciente industria turística de Yemen, que genera beneficios de cerca de 100 millones de dólares al año. Otras tribus disgustadas por la política del Gobierno central volaron el sábado parte del oleoducto que transporta las exportaciones de crudo: unos 150.000 barriles al día.

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