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Los deberes de Alfredo Sáenz

El equipo del presidente de Banesto, Alfredo Sáenz, llega al 31 de diciembre de 1998, plazo para concluir el plan de saneamiento, con los deberes perfectamente hechos. Es decir, tapar un agujero que en un principio se estimó en 605.000 millones, pero que luego se elevó a 638.000 millones, y colocar al banco en pie de igualdad con el resto de entidades financieras nacionales.El saneamiento del banco se cerró oficialmente el pasado mes de septiembre con la disolución de SCI Gestión, sociedad en la que se depositaron los activos dañados del Banesto de Mario Conde. Antes, en junio de 1997 y con un año de anticipación, Banesto había cancelado el préstamo de 315.000 millones que el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) le había concedido como ayuda al proceso de reflotamiento.

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¿Cuál ha sido la clave de la gestión de Banesto? Volcarse desde el primer momento en el control y recuperación de créditos morosos, para lo cual se crearon equipos especiales que llegaron a estar formados por más de 6.000 personas. Como consecuencia de ello, el banco ha recuperado más de medio billón de pesetas.

La alternativa que se le planteaba al equipo gestor de Banesto era ser más laxo en el control de la mora y centrar sus fuerzas en ganar cuota de mercado. Justo la estrategia desarrollada por Crédit Lyonnais, y que ha resultado un rotundo fracaso.

Sin embargo, no todo consistía en limpiar. Banesto tenía que seguir vivo. Por ello, su dirección puso en marcha otras líneas de actuación destinadas a mejorar la cartera de créditos y reducir los costes para aumentar la eficiencia, así como un completo plan de ventas de inmuebles y de participaciones industriales.

Banesto ha liquidado la Corporación Industrial y se ha desprendido de empresas como Agroman, Tudor, Carburos Metálicos, Asturiana del Zinc, Radiotrónica o del 10% de Antena3, en este caso por 11.050 millones.

En cuanto a las ventas de inmuebles, ha realizado ventas por algo más de 162.000 millones en los últimos cuatro años.

Este conjunto de medidas ha permitido que el banco haya pasado de dar unas pérdidas de 12.500 millones en 1994 a unos beneficios netos atribuidos de 31.109 millones el año pasado.

Una tendencia al alza que sigue. De acuerdo con las proyecciones de los analistas, Banesto acabará 1998 con un aumento del beneficio próximo al 30%, lo cual supone rebasar los 40.000 millones de resultado neto atribuible al grupo.

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