La dimisión de Solchaga

Tuvimos la oportunidad de asistir a las clases de Carlos Solchaga en el último curso de la licenciatura en Economía de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Desde nuestra condición de ex alumnos suyos, nos gustaría solidarizarnos con la que pensamos es una valiente y loable decisión.A estas alturas, pocos dudan de que la línea editorial del periódico El Mundo responde a otros criterios que los puramente informativos. Durante años hemos asistido al lamentable espectáculo de ver cómo dicho rotativo, bajo la batuta de Pedro J. Ramírez, ha atacado sistemática e indiscriminadamente a cualquier persona o entidad que no comulgara con su doctrina. La campaña de ensañamiento con el PSOE, patente durante toda su trayectoria, es probablemente el ejemplo más claro.

En tiempos de generalizada desconfianza hacia la clase política es esperanzador comprobar que la integridad es todavía, para algunos, el criterio determinante en la toma de decisiones. Carlos Solchaga, con su renuncia al cargo de presidente del Comité Editorial de Expansión y Actualidad Económica -tras saber que El Mundo iba a formar parte del Grupo Recoletos-, ha demostrado que sus principios éticos están por encima de sus intereses profesionales.

Comportamientos como éste sirven como referente a jóvenes como nosotros que, en su incipiente carrera profesional, afrontan el futuro con ilusión y creen perfectamente posible compatibilizar el éxito profesional con la coherencia y la fidelidad a unos valores.- y cinco firmas más.