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Irún proyecta construir un canal de aguas bravas artificial

Mikel Ormazabal

El futuro parque natural de Osinbiribil, en Irún (Guipúzcoa), podría albergar un canal de aguas bravas artificial si prospera una propuesta elaborada por la Federación vasca de piragüismo que contempla la construcción de una instalación para la práctica del eslalon en aguas bravas fuera del cauce del río Bidasoa. El proyecto, aún en fase previa a la redacción del boceto básico, surgió a raíz de la inexistencia de emplazamientos naturales en el País Vasco para practicar este deporte, que reúne a un centenar de federados, entre quienes se encuentra la donostiarra María Eizmendi, actual subcampeona mundial. El canal de aguas bravas será un circuito cerrado con un desnivel de 6 metros entre salida y llegada, de una anchura variable entre 7 y 17 metros, con una longitud de 400 metros y una pista de precalentamiento. Una estación de bombeo, capaz de mover hasta 13 metros cúbicos de caudal por segundo, permite reutilizar el agua en todo momento. Mediante una cinta transportadora el piragüista, sin bajarse de su piragua, remonta hasta la parte superior del circuito tras haber cubierto el recorrido y salvado las puertas y los obstáculos correspondientes. La instalación estaría homologada para acoger pruebas de la Copa del Mundo y campeonatos internacionales. La inversión prevista, incluida la urbanización del entorno, es de 500 millones de pesetas, aunque los promotones de esta iniciativa garantizan que su puesta en funcionamiento proporciona una "importante inyección económica mediante su explotación recreativa durante todo el año". Fuera del río Bidasoa La idea es casi una réplica del canal artificial de Seu d"Urgell, donde se celebraron las pruebas olímpicas de Barcelona"92, y similar al que se construye en Sidney (Australia) para la próxima Olimpiada. El circuito de Irún, a diferencia del catalán, no interfiere el cauce del río Bidasoa, luego cumple las exigencias que impone la Dirección de Obras Hidráulicas del Gobierno vasco, que impide modificar el trayecto natural de los ríos por el riesgo de provocar inundaciones. Desechadas todas las posibilidades de acondicionar el cauce fluvial para emplazar el circuito en un río, la Federación vasca de piragüismo optó por una solución más cómoda cuyo impacto medioambiental es nulo. El presidente de la federación, Narciso Iglesias Medrano, ingeniero de caminos, destacó ayer durante la presentación del proyecto que este canal de aguas bravas "se integra dentro de una ciudad, no afecta a la hidráulica, la flora y la fauna del río Bidasoa, genera recursos económicos durante su explotación y crea un parque urbano de indudable atractivo". Si el pleno municipal aprueba el proyecto, la construcción del canal de aguas bravas de Irún comenzaría a finales de 1999 y se podría inaugurar 15 meses después aproximadamente, es decir, en el verano del año 2001.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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