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Condenados unos industriales por despedir sin motivos y por telegrama a siete obreros

La Audiencia de Barcelona ha condenado a sendas penas de un año de prisión a cinco empresarios que despidieron a siete trabajadores mediante un telegrama enviado en la Navidad de 1994 y sin que existiesen causas económicas que justificasen el cierre de la empresa. El tribunal de la Sección Novena, presidido por Gerard Thomas, considera que con sus "maniobras" los condenados "burlaron los derechos de los trabajadores" y por eso entiende que cometieron un delito contra la libertad y la seguridad en el trabajo. A una sexta acusada el tribunal la condena a dos meses de arresto. La sentencia recuerda que tras el cierre de la empresa un juzgado de lo social declaró improcedente el despido de los trabajadores y estableció que se les debía indemnizar con un total de 33 millones de pesetas. Sin embargo, el empresario Rafael Fusté Sebastià se declaró insolvente y no pudieron cobrar. Ahora, tras la sentencia, tampoco podrán hacerlo por un defecto de forma en el juicio. Los hechos se remontan a finales de 1994, cuando Fusté, administrador único de la empresa Condismol, SA, dedicada a la construcción de moldes, trasladó a otra empresa, Moldes de Montcada, SA, la totalidad de la maquinaria para seguir con la misma actividad y los mismos clientes, pero prescindiendo de los trabajadores. Aprovechando el periodo de vacaciones navideñas de 1994, la maquinaria de Condismol, SA, fue trasladada a los nuevos locales y los empleados recibieron un telegrama en el que se les anunciaba que se prescindía de sus servicios. La sentencia explica que previamente Fusté y su esposa, "sin que mediara precio", vendieron a un hombre de paja, Juan Fernández Ramos, el local de Condismol, SA, y la vivienda familiar, e hipotecaron en favor de otra persona una nueva vivienda. El tribunal asegura que de esta forma se defraudaron los derechos de los trabajadores, "que de un día para otro reciben una carta de despido viéndose sin trabajo", mientras que la actividad que desarrollaban y la maquinaria empleada para ello se trasladaron a otra empresa, "en la que ninguna oportunidad de reincorporación se les dio".

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