Hospital 'publiprivado'
El PP estrenará en Alzira su modelo de gestión sanitaria, duramente criticado por oposición y sindicatos
El Partido Popular podrá exhibir su modelo de gestión privada de los hospitales públicos a partir del 1 de enero próximo, cuando se inaugure el centro sanitario de La Ribera, en Alzira (Valencia). "Es más que un hospital", dice Joaquín Farnós, consejero de Sanidad de la Generalitat. "El modelo Alzira permite superar, con gestión privada, el actual modelo de gestión español, que está agotado y adolece de una fuerte sindicalización y burocratización". Para Farnós, "es lícito que una empresa haga negocio con la sanidad".El hospital fue, desde el principio, considerado el buque insignia del PP en política sanitaria. Sus detractores lo definen como un negocio privado con dinero público.
La Generalitat sacó a concurso el proyecto e hizo una cesión administrativa de la gestión -de 10 años, prorrogable por otros cinco- a la aseguradora médica Adeslas, que se integró con un 51% en una unión temporal de empresas (UTE) con Bancaja, Caja de Ahorros del Mediterráneo y Caja de Carlet (45%), y un 4% para las constructoras Dragados y Lubasa. La Generalitat ha invertido 9.200 millones.
Farnós acuñó en su momento una frase que se ha hecho famosa para definir Alzira: "Gratis total". En efecto, el ciudadano de La Ribera no pagará. Se ha ideado un sistema de pago, según el cual, calculando la población comarcal, el Gobierno valenciano abonará a Adeslas por cada enfermo 34.000 pesetas al año. Farnós asegura que la medicina pública gasta por persona y año 55.000 pesetas.
La oposición ha criticado duramente lo que considera una privatización de la sanidad pública. La ex ministra Ángeles Amador señaló en su día que el modelo no tiene precedentes en España y advirtió del peligro de que Adeslas recurra a la selección de riesgos, es decir, acoger a "los pacientes más jóvenes, más sanos y menos costosos" para rentabilizar la inversión.
Comisiones Obreras y UGT también criticaron el proyecto y llegaron a reprochar al consejero que vendiera "a los ciudadanos un producto de la Ford en lugar de un servicio de asistencia sanitaria". Oposición y sindicatos han comparado los "experimentos" sanitarios del PP en esta comunidad con el tratamiento de los valencianos como "conejillos de Indias" del resto de los españoles.
Por el contrario, Enrique Fernández-Miranda, vicepresidente primero del Congreso, afirmó ayer, tras visitar el hospital, que el modelo Alzira es "exportable al resto de España y de Europa", y que responsables de la sanidad pública de otros países europeos visitarán "y copiarán" el hospital.
El ministro de Sanidad, José Manuel Romay, había señalado, en junio de 1997, que los hospitales españoles serían "estricta y rigurosamente públicos" y que el modelo Alzira es "difícilmente implantable". Romay reiteró que resulta "más racional" recurrir a fundaciones, como se ha hecho en Alcorcón (Madrid) y Manacor (Menorca): hospitales de construcción y financiación pública, y gestión privada sin ánimo de lucro. La gestión de Alzira es privada. "Las fundaciones no arriesgan como la empresa", dice Rubén Moreno, subsecretario valenciano de Sanidad.
Farnós define Alzira como "el eje del nuevo sistema sanitario valenciano" e indica que, "si funciona, se exportará a toda la Comunidad". "Pero antes vamos a tomarnos mucho tiempo para analizar".
El director asistencial de Adeslas, Antonio Burgueño, es entusiasta: "Espero que el modelo se clone mucho, para el bien de este país". Burgueño resalta que "no habrá listas de espera" e insiste en la calidad que proporcionará el hospital: alta tecnología, atención personalizada y 250 habitaciones privadas para el enfermo y un acompañante.
El edificio recibe los últimos toques. La comarca de La Ribera, a 40 kilómetros de Valencia, tiene 230.000 habitantes, desatendidos hospitalariamente. "El paciente verá por la ventana cómo van los naranjos, y eso será un valor terapéutico añadido", dice Burgueño. Las previsiones anuales son: 87.000 urgencias, 19.500 ingresos, 630.000 consultas y una estancia media por enfermo de 4,8 días. Habrá unos 800 trabajadores, 300 de los cuales son funcionarios.
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