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Clinton pide a los congresistas votar en conciencia sobre la apertura de un proceso de destitución

El presidente de EEUU, Bill Clinton, pidió ayer a los miembros de la Cámara de Representantes que emitan hoy "un voto de principio y de conciencia" sobre el proceso de impeachment o destitución. Era el último llamamiento de Clinton a la serenidad, en la víspera de un día histórico en el que se da por supuesto que el legislativo ordenará iniciar una investigación pública y abierta del presidente por las acusaciones de perjurio y obstrucción de la justicia que se le imputan en el caso Lewinsky. Los republicanos esperan que entre 25 y 50 demócratas voten su resolución.

Oficiosamente, el vicepresidente Al Gore también salió ayer a cerrar filas para evitar deserciones entre los demócratas. Que la Cámara de Representantes va a someter a Clinton a un proceso de impeachment, el tercero en la historia, está ya prácticamente asumido. Ese órgano legislativo está ahora dominado por 228 republicanos frente a 206 demócratas, y el de hoy es un voto de mayoría simple. Pero lo que está en juego no es solo una cuestión aritmética, los demócratas desean transmitir una idea: que este proceso es político y republicano.A 24 horas del inicio de las deliberaciones en el pleno de la Cámara, la pregunta seguía siendo doble. Por una parte, cuántos de esos diputados demócratas romperán filas para votar en contra de Clinton junto a los republicanos. Y por otra, qué alcance temporal y temático tendrá el proceso de impeachment desatado por el fiscal Kenneth Starr y respaldado esta misma semana por el comité de asuntos judiciales.

"Lo que me va a pasar está ahora en manos de otras personas", afirmó ayer Clinton ante un grupo de periodistas en la Casa Blanca. "Y en último término, estará en manos del pueblo norteamericano el decir claramente cuál es su parecer". El presidente no quería dar la impresión de estar presionando a los legisladores, sino sólo sugiriendo que los integrantes de la Cámara de Representantes se tomaran un momento de reflexión en medio de la vorágine antes de acometer el trabajo para el cual fueron elegidos, y a partir de ahí, "dejar que el pueblo decida".

El nuevo portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, dijo que Bill y Hillary Clinton estaban en estrecho contacto con representantes demócratas, pero en ningún caso tratando de darles instrucciones sobre el voto. "Están llamando a gente y presentando su visión del caso", dijo Lockhart, "y ya hemos dicho que el proceso tiene que ser justo y que no hay nada susceptible de impeachment".

Los votos indecisos

Se estima, sin embargo, que unos entre 25 y 50 representantes demócratas puedan desoír la línea oficial y votar a favor del proceso de destitución, reforzando así todavía más la mayoría republicana. Sesenta y tres demócratas votaron a favor de la publicación del muy dañino informe de Kenneth Starr el pasado 11 de septiembre.Dado que Clinton no es especialmente querido en el seno de su propio grupo parlamentario, que se considera traicionado, y que para estos diputados es muy arriesgado políticamente seguir defendiendo por encima de todas las sospechas a un jefe que ya les ha mentido en el pasado, es de esperar que las deserciones provoquen un mayor deterioro de la imagen de la presidencia al hacer más notable aún el voto a favor. Los representantes demócratas no quieren arriesgar su propia imagen en un momento tan delicado, cuando el 3 de noviembre se celebrarán elecciones para renovar la totalidad de esa Cámara.

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Los republicanos, por su parte, están seguros de que ese día lograrán repetir su mayoría en el Congreso, y por eso tienen poco que perder en la sesión de hoy. El otro punto de controversia es si los demócratas van a poder limitar la investigación temporalmente (el 25 de noviembre es una de las fechas que se manejan) y en cuanto a su contenido. A la Casa Blanca le gustaría que los casos Whitewater, Travelgate y Filegate, que llevan años abiertos sin que haya ninguna conclusión al respecto, quedaran fuera de esta investigación.

Pero en ninguno de estos aspectos las previsiones sonríen al presidente, y el proceso de impeachment casi con toda seguridad no tendrá limitaciones de este tipo.

Aunque la Casa Blanca no reconoce que haya una campaña de control de posibles desertores, el diario The Washington Post informa que el vicepresidente Al Gore se estaba dedicando ayer a telefonear personalmente a los diputados más cercanos a él o a aquellos sobre los que hay más dudas respecto a la orientación de su voto.

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