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Carta a Botín

En el sumario abierto sobre las cesiones de crédito del Banco Santander, de cerca de 100.000 folios, figuran dos cartas que revelan la posición del banco al más alto nivel en los momentos en que la investigación de Hacienda estaba en marcha y antes de la intervención del juez Moreiras en los archivos centrales del banco (abril de 1992).

La primera lleva fecha de 5 de diciembre de 1990 y en ella el asesor fiscal del banco, Julio Banacloche, se dirige al consejero delegado y alude a una llamada previa del presidente, Emilio Botín. Describe la información facilitada a Hacienda relativa a la actividad en algunas sucursales "sin nombres pero con cifras". Señala que en el banco se "teme que ello suponga un desembarco inmediato en tales sucursales dentro de la ejecución forzosa" y da una serie de pautas a seguir.

Más información
El fiscal Fungairiño descartó investigar al Santander por el uso de testaferros

La otra carta está dirigida a Botín y en ella se describe la situación tras "la ejecución forzosa" en dos sucursales del banco (Las Palmas y Zaragoza). Advierte sobre un "compás de espera" que pudiera explicarse por la intención [de Hacienda] "de considerar estas cuestiones conjuntamente (...) en cuanto vengan a definir la actitud global del banco".

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