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TREGUA DE ETA

Garaikoetxea dice que Aznar está dispuesto a revisar la política carcelaria para "humanizar el conflicto"

Luis R. Aizpeolea

El líder de Eusko Alkartasuna (EA), Carlos Garaikoetxea, aseguró ayer tras reunirse con el presidente del Gobierno, José María Aznar, que ambos habían coincidido en la conveniencia de hacer gestos de generosidad en la política penitenciaria si se consolida el proceso de paz en el País Vasco. Garaikoetxea, que utilizó la expresión "humanizar el conflicto", atribuyó esta disposición de Aznar a la "promesa de generosidad que anunció" el líder del PP el pasado sábado en San Sebastián. Admitió que ambos discreparon, sin embargo, sobre el proceso de "normalización política" que se abra una vez que ETA deje las armas. Garaikoetxea cree imprescindible una reforma de la Constitución que el jefe del Ejecutivo rechazó de plano.

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El encuentro entre Aznar y Garaikoetxea fue el primero de la ronda del presidente del Gobierno con los partidos nacionalistas vascos. Con esta reunión, de hora y media de duración, que el propio Garaikoetxea calificó de "muy franca y cordial", Aznar entró en el "núcleo duro de las conversaciones".Según el candidato a lehendakari por Eusko Alkartasuna, hubo una importante coincidencia entre ambos dirigentes en modificar la política penitenciaria de forma paralela a la consolidación de la tregua indefinida de ETA en un cese definitivo de la violencia. En opinión de Garaikoetxea, "la palabra generosidad a la que muy claramente se refirió el otro día el presidente tiene un significado claro" que implica cambios en la política penitenciaria. En cualquier caso, dijo, ninguno de los dos concretó plazos ni precisiones sobre el contenido de esa política, sino que se limitaron a constatar la coincidencia de criterios sobre el traslado de presos de la banda terrorista a las cárceles vascas o la conveniencia de otorgar indultos. Garaikoetxea manifestó a Aznar que el proceso de paz en Euskadi es "serio e irreversible" y le pidió que se preparara para "una etapa complicada y con sobresaltos".

Sin embargo, las discrepancias fueron "mayores" según expresión del propio Garaikoetxea al finalizar la reunión, en el proceso de "normalización política" que se abra una vez que se consolide el cese definitivo de las armas por parte de ETA. "Es más fácil coincidir en lo en lo que puede ser la generosidad a la hora de pensar en la humanización del conflicto que a la hora de dar una una solución que entendemos justa y democrática a un proceso de normalización política y en su caso a las reformas de los marcos jurídicos políticos hoy existentes", dijo.

Mesa de partidos

El líder de Eusko Alkartasuna defendió ante Aznar la formación de una mesa de partidos con representación en el País Vasco, sin exclusiones, desde Herri Batasuna al PSOE y Partido Popular, para establecer un consenso sobre la "solución política al problema vasco". Garaikoetxea adelantó, incluso el procedimiento: "Cuando no se consiga el consenso, se establecerá la regla de la mayoría".El presidente de EA manifestó a Aznar que la solución al problema vasco, una vez consolidado el cese definitivo de la violencia debe pasar por el reconocimiento del derecho a la autodeterminación. "El conflicto vasco tiene una raíz política y por tanto requiere una solución política profunda", señaló el dirigente nacionalista vasco.

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Aunque Garaikoetxea insistió en que, a su juicio, la solución al problema vasco pasa por el reconocimiento al derecho a la autodeterminación, no tuvo el inconveniente de admitir, en aras del consenso, la exploración de otras fórmulas, como la Disposición Adicional Primera de la Constitución, que reconoce los derechos históricos del pueblo vasco.

No obstante el líder de Eusko Alkartasuna dijo que, incluso con la exploración a fondo de esta fórmula, de raíz constitucional, el proceso político conllevaría una reforma de la Constitución.

Aznar, que admite la posibilidad de explorar la Disposición Adicional Primera de la Constitución, rechazó abiertamente cualquier tipo de reforma constitucional. El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, precisó, momentos después de abandonar Garaikoetxea La Moncloa las razones por las que Aznar no admite la reforma constitucional: "No se puede justificar, como derivada del proceso de violencia de ETA, una reforma de la Constitución. El esfuerzo por la paz puede realizarse en un marco suficiente para afrontar los deseos de autogobierno de los vascos como es la Constitución".

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