Un inversor acusa de extorsión al senador popular de Fuerteventura González Arroyo
Un inversor privado ha denunciado por extorsión en la tramitación de una licencia urbanística al senador del PP por Fuerteventura Domingo González Arroyo. Dicho inversor, cuya identidad no ha trascendido, declaró el pasado julio ante la comisión del PP que investiga desde hace seis meses presuntas irregularidades urbanísticas de dicho senador.Esta persona, que pidió declarar voluntariamente ante la comisión, relató las dificultades que tuvo para desarrollar un negocio en el municipio de La Oliva (9.000 habitantes), del que González Arroyo es alcalde, y las "propuestas irregulares" que recibió para obtener la licencia que precisaba. Su testimonio se incluirá en el informe final que la comisión entregará al presidente del PP en Canarias, José Miguel Bravo de Laguna.
El archivo por el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal, de las diligencias abiertas contra González Arroyo a raíz de una denuncia de Casto Martínez Berriel, ex arquitecto municipal de La Oliva y militante popular, no ha impedido que la comisión del PP prosiga una investigación que debe estar concluida en octubre.
La comisión, presidida por Pablo Mato, teniente de alcalde y gerente de urbanismo de Santa Cruz de Tenerife, se ha entrevistado con María Eugenia Márquez, consejera de Política Territorial del Gobierno canario, con la que el senador investigado ha mantenido numerosos contenciosos por cuestiones urbanísticas.
Mato solicitó a la consejera popular documentos y certificaciones de obras autorizadas por el Ayuntamiento de La Oliva. También ha requerido documentación sobre la urbanización de Corralejo Playa, que preside el senador y cuyos vecinos aseguran pagar un canon irregular.
Los registros de la propiedad y mercantil acreditan que el senador es propietario en Fuerteventura de 24 fincas rústicas y seis solares de más de un millón de metros cuadrados, cinco viviendas, una cantera de picón y dos sociedades patrimoniales. Las dos únicas gasolineras de La Oliva también son suyas, aunque figuran a nombre de un albañil.
