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Pujol es recibido con abucheos y pancartas en su visita a la comarca arrasada por los incendios

Jordi Pujol pudo palpar ayer el malestar de los payeses de la Cataluña central afectados por los incendios forestales de julio pasado. En un intento de recuperar imagen en uno de los feudos de CíU, el presidente catalán anunció el apoyo de su Gobierno al plan de prevención elaborado por el Consell Comarcal del Solsonès, pero no pudo evitar recibir abucheos de unas 200 personas e incluso el lanzamiento de huevos, que no llegaron a impactarle. Pujol dio la cara en solitario ante alcaldes y afectados y comprobó que la irritación por la actuación de su Ejecutivo sigue viva en la comarca.

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El día amargo del presidente catalán se inició a las 9.15 en Torà (Segarra), donde les esperaban pintadas murales contra él y su Gobierno. Allí ya tuvo problemas para salir del ayuntamiento porque un grupo de jóvenes había bloqueado los accesos con árboles quemados. En la localidad leridana de Solsonés no le fue mejor. Durante horas escuchó a afectados y políticos por el incendio que ha arrasado 27.000 hectáreas y pasadas las cinco de la tarde se vio obligado a salir por la puerta trasera del Consejo Comarcal para evitar un nuevo abucheo. Lo que no pudo evitar fue que le rompieran el calendario. La rueda de prensa que tenía anunciada en Barcelona, como inicio del nuevo curso político, ha quedado aplazada para el lunes. Pujol se defendió como pudo. Se refugió en la negociación con el Gobierno central y con la UE y en las críticas a la prensa para responder a algunas de las peticiones que le hicieron los afectados y para defender la actuación de la policía autonómica y los bomberos. Las ayudas para almacenar la madera quemada son un asunto a tratar con el Gobierno central, afirmó. Lo mismo dijo sobre la exención del IRPF para esta misma madera. En cuanto a incrementar las cuotas de producción de cereales, que le plantearon payeses de Freixenet, respondió que éste era un asunto muy complicado "porque no depende ni de Cataluña ni de Madrid, sino de Bruselas".También se mostró crítico con la Unión Europea, a la que acusó de no ser sensible a los problemas de los países mediterráneos. "Ahora el problema de los incendios está no sólo en Cataluña, sino también en Galicia, Italia y Grecia y quizás nos escuchen".

El presidente también cargó contra la prensa y atribuyó la dañada imagen pública de los bomberos y de la policía autonómica tras los incendios a algunas informaciones periodísticas, que calificó de "incorrectas" y de las que, refiriéndose a su Gobierno, sostuvo que "son una falsedad que perjudica la imagen de una institución".

Las ayudas y las medidas propuestas por el Consejo Comarcal y aceptadas por Pujol fueron consideradas insuficientes para la comisión de afectados. Josep Puigpelat, dirigente del sindicato Unió de Pagesos, explicó tras reunirse durante media hora con Pujol que persistían los desacuerdos. Los payeses que perdieron sus bosques reclaman un aval de 3.000 millones para estocar la madera quemada y poder venderla en los momentos más adecuados. Pujol lo rechaza. "De esta manera, acabaremos vendiendo la madera por debajo del precio", dijo Puigpelat. Lo que se está haciendo, añadió "es reforzar cada vez más a los industrialels para que nos puedan fastidiar aún más".

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