_
_
_
_
_
Entrevista:

"No puede ser que nosotros no tengamos nada y el Mediterráneo se lo lleve todo"

Recién llegado al departamento de inauguraciones para sustituir al socialista que más se dejaba ver, José Antonio Maturana, el nuevo hombre del PNV en Transportes y Obras Públicas, Álvaro Amann (Vitoria, 1949), no se siente un consejero florero. Su primera orden ha sido que ningún expediente se quede parado y, sobre todo, que los dos proyectos estrella, la Y ferroviaria y la autopista Eibar-Vitoria, pasen del terreno de los sueños a las realidades. Amann, quien ha sido parlamentario del PNV durante las dos últimas legislaturas en la Cámara de Vitoria y anteriormente diputado de Arquitectura en el Ejecutivo foral de Álava, ya tiene marcada una fecha en rojo en su agenda para buscar vías de financiación: en septiembre, a la vuelta de sus vacaciones, se entrevistará en Madrid con el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado. Pregunta. ¿Se ha marcado algún reto en especial? Respuesta. El principal reto es que los trabajos que estaban en marcha se cierren. Pero sí es cierto que hay algunos temas que son de especial importancia por la trascendencia que van a tener para Euskadi, como la definición del sistema ferroviario. P. En este campo está pendiente el proyecto más importante: la Y vasca. Su antecesor, José Antonio Maturana, logró desbloquear el proceso administrativo, pero la cuestión de la financiación está aún en el aire. R. Lo primero que hay que definir es el proyecto final y a partir de ahí vendrá la obra. Lo más engorroso es el proceso administrativo, pero ya estamos dando los últimos pasos. Llevamos un año de retraso. Estamos en la fase de exposición al público del impacto medioambiental del proyecto y, cuando concluya este apartado y se presenten las alegaciones, el Ministerio de Medio Ambiente tendrá que hacer una declaración. Si resulta positiva, se procederá a desarrollar de manera definitiva el proyecto elegido. P. Pero si cuando concluya esta fase administrativa no hay dinero, ¿cómo se llevará a cabo el proyecto? R. Cuando las instituciones van dando pasos se están comprometiendo a hacer la obra. Hay dinero para trazados ferroviarios. Otra cosa es que exista una prioridad de actuaciones en un sitio o en otro. Un dato que nos obliga a convencer a algunas personas de que la Y vasca es prioritaria y urgente. P. Ahora mismo, la Y vasca no es la primera prioridad en el desarrollo ferroviario del conjunto de España. ¿Con qué agumentos va a lograr que el Gobierno cambie de opinión? R. El primer argumento es que hemos concluido el proyecto. No tiene sentido que pidamos dinero al Ministerio de Fomento si no tenemos un proyecto. El ministerio está invirtiendo en los sitios donde ya tenía proyecto. Los trazados de ferrocarril que tenemos en Euskadi son obsoletos y precisan una reforma urgente. Estamos en un momento muy importante porque si se agiliza el papeleo administrativo, las obras podrían comenzar el año que viene. Estamos apremiando al ministerio a que vaya preparando la financiación porque se puede empezar a construir. P. ¿El ministerio está dispuesto a financiar la obra? R. Por lo que he visto, sí que es receptivo. La interlocución entre la Administración vasca y la estatal siempre ha sido difícil en el tema de inversiones. Además, si hay fondos europeos de cohesión, dirigidos a la inversión en infraestructuras, Euskadi debe participar de ellos, independientemente de quién tenga la competencia. Tenemos derecho y no hay que estar a merced de una negociación política con el ministerio. P. La autovía Eibar-Vitoria también tiene en el aire su financiación. R. El Estado no hace esa carretera porque es el Gobierno vasco quien tiene competencias sobre esa materia, pero eso no significa que no tengamos derecho a los fondos de cohesión. Se trata de una vía transeuropea y podemos participar en esos fondos. Euskadi es un país pequeño y el kilómetro de autopista nos cuesta diez veces más de lo que cuesta en Castilla. P. Se habla de un costo de 98.000 millones de pesetas, de los que al menos 10.000 tendrían que proceder de los fondos de la UE. Si no se logra ese dinero y la Diputación de Guipúzcoa comienza las obras, ¿cómo se va a cubrir el desfase? R. El Gobierno garantiza que esta obra, con un sistema o con otro, con fondos de cohesión o sin ellos, se va a hacer. El interés de la vía supera el interés territorial de Guipúzcoa o Álava, incluso a Europa porque es una vía de paso para el tráfico europeo. El interés es nacional y las diputaciones saben que hay un Gobierno que quiere que esa obra se haga. P. ¿Esto no dejaría de lado a la N-I, que en la actualidad es una vía de conexión fundamental para el País Vasco? R. Cuando hablamos de carreteras, hay que ver primero cuál es su función. Cada una tiene distinta cualificación. Además del tráfico de paso, la N-I tiene un mayor intercambio social, cultural y económico al tratarse de una vía que penetra mucho más en el territorio en cuanto a contacto y relación. No se puede comparar directamente la Eibar-Vitoria con la N-I. Desde hace tiempo hay un traslado hacia el este de rutas de comunicación y corrimiento de las que tradicionalmente eran las nuestras. Cataluña, que tiene una gran capacidad de disuasión ante el Gobierno de Madrid, está acogiendo grandes núcleos de comunicación con Europa a través del paso mediterráneo y Euskadi se está quedando atrás. Tenemos que poner al día todos los elementos que equilibren el territorio, tener la suficiente capacidad de comunicación y tráfico como tiene el Mediterráneo. No puede ser que nosotros no tengamos nada y el Mediterráneo se lo lleve todo porque se crean unas dinámicas de tráfico que ya no se puede recuperar. P. ¿Qué posibilidad hay de que después de las elecciones haya acuerdo con el PSE?.¿Se solventarán las diferencias actuales o lo que vemos ahora es sólo un espectáculo electoral? R. A veces parece que somos expertos en radicalizar nuestra vida política, pero, por otra parte, tenemos una gran capacidad para garantizar la gobernabilidad de este país. Los partidos siempre buscan soluciones. La última crisis se ha resuelto en una semana. Lo que pase después de las elecciones no puede ser muy diferente a lo que ha ocurrido en la última legislatura. El PNV no pone condiciones; es el PSE el que las pone. Creo que el PSOE está atravesando un gran problema a nivel del Estado, no ha hecho una reflexión interna y tiene un debate pendiente que no ha resuelto con las primarias. De ser un partido de Estado ha pasado a la oposición. De todas formas veo pocas posibilidades de que no se repita el tripartito. P. ¿Con quién está más cómodo, con los populares o con los socialistas? R. La gobernabilidad de Euskadi siempre ha pasado por el PNV y por el PSE. Los dos tienen 100 años de historia y mucha historia común, independientemente de las cosas que nos digamos. Ésa es una referencia que siempre pesará.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_