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Entrevista:

GUSTAVO MARTÍN GARZO ESCRITOR "Me gustaría que la Biblia se pudiera leer al margen de las iglesias"

Pertenece Gustavo Martín Garzo (Valladolid, 1948) a esa tradición que entiende la narrativa como disfrute y pretexto para la imaginación. Octavio Paz elogió El lenguaje de las fuentes, que le valió el Premio Nacional de Literatura, al que seguirían títulos tan sugerentes como La princesa manca o Los cuadernos del naturalista. Por si fuera poco, es imposible oírle hablar mal de sus compañeros de profesión. Pregunta. Debido a su gusto por las narraciones fantásticas, ¿teme que le encasillen como autor de literatura infantil o juvenil? Respuesta. Es verdad que mis referencias son los cuentos orientales y de hadas. Siempre tengo muy presente el mundo del mito, quizá porque en los mitos están todas las grandes preguntas que el hombre se plantea. P. ¿Quién tiene la llave del éxito en la literatura española? R. Es un misterio. Hablo de eso con editores que llevan muchísimo tiempo haciendo su trabajo y reconocen su incapacidad para saber de antemano qué libro va a tener éxito. De pronto, apuestan por uno y es un desastre, y viceversa. Siempre agradeces que el libro llegue a muchos lectores, pero tienes que escribir el libro que debas escribir. El libro necesario para ti. P. En El lenguaje de las fuentes ya había referencias religiosas y recientemente ha escrito el prólogo a una edición de la Biblia. ¿Qué sentido tiene para usted este libro? R. Se trata de un libro esencial de nuestra cultura, indisociable de la conciencia del hombre occidental. Me gustaría que se pudiera leer al margen de las iglesias y los sacerdotes, como un libro más. Pretender eso no es rebajarlo, sino todo lo contrario, arrancarlo de ese lado doctrinal, acercarse a él sin referencias, con una mirada inocente. P. Suele ser lo más difícil con los libros considerados canónicos, ¿no? R. Me sucede con La divina comedia o el mismo Quijote. Toda esa cantidad de comentarios y hermenéutica lo que hace es entorpecer esa relación ingenua del lector con el libro. P. ¿Qué libro le hubiera gustado firmar? R. Puede ser un atrevimiento o un tópico, pero me hubiera gustado firmar El Quijote. O La Celestina, que es apabullante, o la poesía de César Vallejo, o la de Emily Dickinson, la obra de Kafka, la de Faulkner... P. El hecho de que se vendan más libros en España ¿se corresponde con un lector más cualificado o selectivo? R. No sé si ha aumentado realmente el número de verdaderos aficionados a la literatura. Las revistas literarias no tienen salida, nadie compra libros de poesía. Y la poesía es el género en el que lo literario alcanza un grado de mayor intensidad. Nadie que ama realmente la literatura la rechaza. Por eso, las grandes ventas de libros tienen quizá un sentido extraliterario.

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