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El fiscal acusa a una mujer de permitir al esposo violar a sus hijas

El fiscal solicita en sus conclusiones provisionales 28 años de prisión para Rosaura Martínez Pérez, a la que acusa de cooperadora necesaria del delito de agresión sexual cometido contra sus hijas que imputa a su marido, Jesús Mora Bolaño, para el que solicita 30 años de prisión. En la Sección Décima de la Audiencia de Barcelona se inició ayer el juicio del caso, que quedó interrumpido a falta de la realización de un informe pericial y de la declaración de un testigo. El matrimonio negó todas las acusaciones y las atribuyó a una venganza de las hijas porque a ellos no les gustaba el novio que tenían o por fijar la hora a la que debían llegar. El hombre se encuentra en prisión desde hace un año. Diversas fuentes judiciales explicaron ayer que la acusación de cooperadora necesaria contra una mujer en un caso de violación se formula en muy contadas ocasiones por la dificultad que entraña demostrar que existía ese conocimiento y que fue seguido de una actitud de pasividad. En este caso se da la circunstancia de que la acusación particular, ejercida por la abogada María José Varela en representación de una de las hijas, no formula acusación contra la mujer. La letrada entiende que "la situación de las mujeres en estos casos es muy compleja, porque a menudo acaban anuladas por su marido". Varela recordó que la esposa a la que acusa el fiscal es una mujer analfabeta y que desde hace años ha venido sufriendo palizas de su marido, quien en una de esas agresiones le fracturó una vértebra cervical. El esposo admitió sin reparos ante el tribunal que pegaba a la esposa "cuando había motivos" y a sus hijos e hijas, "como todo padre, cuando se lo merecían". Violaciones frecuentes El fiscal considera que entre 1988 y 1995 el acusado sometió a su hija mayor, que ahora tiene 23 años, a violaciones vaginales, anales o bucales con una frecuencia de dos o tres veces por semana. Ese mismo comportamiento se ha venido repitiendo en los dos últimos años con la hija pequeña, que ahora tiene 15 años y se encuentra en un centro de acogida de menores. Según la acusación pública, los hechos ocurrieron "con el pleno consentimiento" de la madre, sin que efectuara ninguna conducta tendente a evitarlo", pese a que sorprendió al marido en alguna ocasión cuando estaba con las hijas. El padre relató ayer que jamás tocó a sus hijas, "aparte de los guantazos que ya he explicado porque no me gustaba el novio que tenía la mayor", y de la menor aseguró que era "una golfita". En su opinión, su esposa "era muy madraza y con ella hacían lo que querían". Por su parte, la mujer explicó: "A mis hijas las he parido yo, y si yo me entero de eso, lo echo a él a la calle". La mujer aseguró que no creía a las hijas, que fueron las que denunciaron al padre, pero tampoco defendió la inocencia de su marido.

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