El Estudiantes sacó provecho de la pulcritud del TDK

Lejos de la emoción e intensidad que se le supone a un partido de playoff, Estudiantes y TDK disputaron un partido de guante blanco, muy correcto en las formas y por momentos vistoso, pero que careció siempre de ciertas características relacionadas con la agresividad que finalmente deslucieron la tarde hasta convertirla en un toma de contacto sin más trascendencia que la victoria estudiantil y la incómoda situacion en la que se coloca el TDK para el encuentro del martes.Es el TDK un equipo sin sentimientos aparentes, con todo lo bueno y malo que lleva consigo. Sus evoluciones en la cancha son de una constancia destacable y nada ni nadie consigue sacarles de su ritmo. Aguantan un chaparrón con la misma cara que colocan una racha propia de diez puntos consecutivos. Comenzaron el partido de forma desangelada (10-2) y sin ningún atisbo de preocupación igualaron al primer tirón (12-11). Esto se repitió en diversas fases del choque, sin obedecer en exceso a una mayor concentración o a un incremento en el esfuerzo defensivo. Ni siquiera cuando el partido se les iba de las manos abandonaron su pulcritud, demostrada con una presión en toda la cancha más testimonial que otra cosa. Su confianza en el sistema y estilo que desarrollan debe ser ilimitada, y no les falta razón a tenor de los resultados obtenidos en las ultimas temporadas, aunque esta vez estuvieron lejos de recoger beneficios.

Ante un TDK monotemático, Estudiantes impuso su juego ciclotímico que finalmente resultó vencedor por la contundencia que mostró en sus fases positivas. La fragilidad defensiva manresana, presente durante los cuarenta minutos pero más ostensible a partir de la lesion de Sallier al inicio de la segunda parte, otorgó momentos de lucidez para casi todos los jugadores los estudiantiles. El primero que se aprovechó fue Vandiver, que se puso las botas en los 7 minutos iniciales, donde encadenó 6 canastas consecutivas sin fallo. Thompson jugo a placer toda la tarde, y Whisby enardeció al personal con sus acciones. Se pudo apreciar el futuro que debe tener la decisión nunca exenta de acierto de Escudero o la capacidad de trabajo de De Miguel.

Hubo mucho cambio de tácticas defensivas, se vieron casi todas las variantes de zona, pero eran más cuestiones académicas que maniobras efectivas. El cojo 10 puntos y los recuperasÓ en el que estuvieron enfrascados durante toda la primera mitad se rompió a la vez que Sallier (54-45, minuto 23) y el resto fue un apacible divertimento en el que Estudiantes llevó la mejor parte. Resuelto el tema principal, se pudieron apreciar detalles que a la larga pueden tener su peso específico. Por ejemplo, y eso siempre es una sorpresa en conjuntos como el TDK, los manresanos pecaron de cierta ligereza en el manejo de la pelota. O las difíciles relaciones de Azofra con los colegiados en los últimos tiempos.

Al final, todos se dieron educadamente la mano y quedaron para mañana, cuando el TDK deberá echar mano de una mayor agresividad si no quiere volver a Manresa con la eliminatoria perdida.