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Nuevas críticas a la policía belga por patear la cara a un hincha de fútbol

La gendarmería belga no levanta cabeza. Mientras aumentan las presiones para que dimita su jefe, el general Willy Deridder, por la fuga luego frustrada del pederasta Marc Dutroux, el cuerpo entero ha sufrido un nuevo revés ante la opinión pública tras ser pateado en la cara un hincha de fútbol. Todo sucedió el domingo por la noche, tras el partido de máxima rivalidad que enfrentó en Bruselas al Anderlecht y al Brujas. El Brujas ya era campeón desde el sábado. Pese a la ausencia de tensión deportiva, ambas aficiones se enfrentaron antes, durante y después del partido. Un joven de 25 años, hincha del Anderlecht, cometió el error de gasear con una bomba lacrimógena la cara de un capitán de la gendarmería, número dos en el control de los estadios.

El capitán reaccionó con enorme violencia. Con la ayuda de otros dos gendarmes inmovilizó al joven contra el suelo. Un gendarme le aporreó la cabeza cuando el joven ya estaba controlado. Al capitán no le pareció suficiente y le propinó una brutal patada en plena cara. Lo vio toda Bélgica por televisión.

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