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El verdugo fue víctima

La violencia infantil y juvenil, según especialistas españoles, no se resuelve encarcelando a los padres de los menores conflictivos, como se estudia en Francia (véase EL PAÍS de ayer), o creando cárceles para niños, como la que se ha abierto en el Reino Unido.El psiquiatra infantil, Paulino Castells, considera que son "medidas aberrantes" que indican que la sociedad vive atemorizada de sus propios hijos. Para Castells la solución es inculcar valores morales en los que se fomente una noción clara del bien y del mal. La familia y la escuela son esenciales en proporcionar afecto y comprensión.

Javier Urra, defensor del menor en la Comunidad de Madrid, considera que lo que se está haciendo en el Reino Unido es "evadir la responsabilidad que tiene la sociedad en este asunto", ya que "todo niño verdugo ha sido antes una víctima". En cuanto a la propuesta francesa, Urra considera que "es desproporcionada y en nada reducirá la violencia infantil y juvenil.

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Para Esteban Ibarra, presidente de la asociación Jóvenes contra la Intolerancia, considera que "los padres han caído en una falta de responsabilidad en el control y seguimiento de los hijos", aunque no cree que la opción sea una sanción penal, sino de ámbito civil.

Concha Masa, de la Casa Hogar ANAR, considera que meter a la cárcel a los padres de un niño o joven "no sirve de nada, y pagan justos por pecadores".

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