_
_
_
_
GOLF: MASTERS

Olazábal doma el viento de Augusta

Gran inicio del vasco, que va segundo, en un día marcado por el huracán

Carlos Arribas

Apareció un tifón, llegó la lluvia, todo se hizo huracán y José María Olazábal encontró su swing perdido. Entre las ráfagas de viento de más de 80 kilómetros por hora que sacudieron Augusta de una forma que ni los más viejos del lugar recordaban se perdió Tiger Woods (-1), se perdió Ernie Els (+ 2 al cierre de esta edición), también Greg Norman (+ 4), Love (+ 2), Leonard (+ 2), Daly (+ 5), Westwood (+ 2) y todos aquellos que sonaban en las apuestas. Ignacio Garrido sufrió la tortura: de su vida (+ 13) en su presentación en el Masters, Severiano Ballesteros cumplió con las expectativas (+ 6). Sucumbieron todos los que llegaban saliéndose, confiados en que este Masters sería el suyo. Aparecieron los tapados: Fred Couples (-3, una tarjeta excepcional en estas condiciones) y, sobre todos, Olazábal (-2, 2º), el pesimista que decía que jugaba como un perro y que no acertaba con una calle ni aunque fuera la Castellana. Augusta, él mismo, su tenacidad, le pusieron en su sitio.Todo comenzó con un eureka que le quitó de encima un sabor seguro de frustración. "No estaba nervioso por no dar con mi swing bueno", dijo ayer. "Simplemente estaba cabreado porque en vísperas de Augusta dejé de mandar la bola a donde yo quería con el driver". Por la mañana, haciendo un recorrido de entrenamiento con Norman, Price y Rocca, jugó de forma deprimente. Estalló una tormenta. Se fue a comer a la casa que tiene alquilada. Amainó la tormenta a media tarde. Volvió al campo de prácticas y, de repente, clic, todas las piezas encajaron en su sitio. Sus hombros, su espalda, sus caderas, todo su cuerpo, giraba a la velocidad necesaria, el palo se convirtió en una prolongación de su brazo, la pelota en su perrito obediente. A esa confianza, a esa seguridad, se agarró ayer para no volar con el huracán. "Ha sido un día", explicó, "en que no se podía jugar un golf bello, sino que había que agarrarse al campo, intentar hacer birdies [un golpe menos que el par] en los pares de cinco golpes y jugar a approach y putt en los de cuatro".

Más información
La tortura de Garrido

Y también había que andar bien con el putt (golpe corto) y medir el viento con los hierros. En definitiva, jugar bien al golf. Olazábal cumplió con el plan; mejor: lo perfeccionó en algunos aspectos. Hizo birdie en tres de los cuatro pares cinco, a pesar de llegar a su green con tres golpes. En uno, el 13, embocó un putt de 10 metros; en los otros dos fue más sencillo: su magnífico juego de hierros cortos le dejó la bola cerca del hoyo. Iba camino incluso de igualar su registro victorioso del 94 (en ningún green usó entonces el putt tres veces), cuando en el 16, el green más parecido a un piano por sus curvas, y el más esquivo, hizo un bogey (uno sobre par) que podía haber tenido graves consecuencias: salió del 17 mal (la única calle que falló en todo el día), su bola chocó contra un árbol y allí se quedó, lejos del green.

Conociendo la dificultad de pararla en el green con un hierro cuatro -la mínima herramienta que necesitaba, así de lejos se había quedado-, decidió que cayera arrastrándose en un bunker cercano al green, pero también falló. La bola rodó entre dos trampas de arenas y cayó rodando por la pendiente. "Sacarla bien de allí era imposible", comentó. "Pensé que el bogey era el resultado menos malo". Imposible era dejarla cerca del hoyo, pero no en el mismo agujero.

Así ocurrió: Olazábal la sacó con fuerza y alta. La bola dio un primer bote cerca del agujero y ya estaba dispuesta a irse rodando lejos cuando el segundo bote terminó en un clonk: birdie, dos golpes de ahorro que hacen sólida su candidatura para el domingo. Algunos hablarán de justicia divina, otros de suerte; él, el jovial guipuzcoano, más contento que unas castañuelas, lo explicó como "un robo a mano armada".

Clasificación

. Fred Couples (EE UU), 69 (-3). . José María Olazábal (España), Scott Hoch (EE UU) y Paul Stankowski (EE UU), 70 (-2). . Paul Azinger (EE UU), Fuzzy Zoeller (EE UU), Phli Blacmar (EE UU), Tiger Woods (EE UU) y Colin Montgomerie (Reino Unido), 71 (1-). Severiano Ballesteros (España), 78 ( + 6). Ignacio Garrido (España), 85.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_