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El mito de Sísifo

Quinta modificación del proyecto de la autovía de Valencia sobre el Cabriel

La autovía Madrid-Valencia tiene gafe. Cuando todo estaba encarrilado, para cimentar los pilares del viaducto que sobrevuela el embalse de Contreras en el curso del río Cabriel, las intensas lluvias del invierno lo han impedido. La constructora ha vuelto a modificar el proyecto, y van cinco veces, para cumplir el compromiso de Fomento de que entre en servicio antes de fin de año.Para el ingeniero Julio Martínez Calzón, proyectista de los dos viaductos sobre el embalse, esta obra encarna el mito de Sísifo, condenado, a empujar eternamente una roca a lo cima de una colina, desde donde caía de nuevo hasta la base, por lo que se veía obligado a volver a empezar la tarea. Cuando se resuelve un obstáculo que impide cerrar la autovía, surge otro.

En agosto de 1997 entregó Calzón su penúltimo proyecto. Ya había diseñado otros por debajo de la presa, entre ellos uno próximo a las hoces del Cabriel rechazado por el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono. Ése del verano respondía al pacto alcanzado por Bono con el ministro, Rafael Arias-Salgado, para acabar de una vez por todas los últimos tramos de la autovía Consistía en dos viaductos cuya ejecucion dependía de que el embalse estuviera casi vacío para poderlos cimentar.

Así, se acordó con la Confederación Hidrográfica del Júcar que lo mantuviera semivacío, a unas cotas muy bajas (613 metros), para poder meter las máquinas. Pero llegaron las lluvias. El pantano de Contreras comenzó a llenarse más de la cuenta. Y como el de Tous, situado aguas abajo del Cabriel, no podía retener la suelta de su agua por un litigio con Iberdrola, o se cerraban las compuertas o el líquido se perdía, algo a lo que no están dispuestos los agricultores valencianos. Las obras quedaron de nuevo paradas.

La constructora ACS, que encabeza la unión temporal de empresas encargadas del trazado, planteó modificar el proyecto. De lo contrario, el calendario se les echaría encima. Así, en lugar de hacer las cimentaciones a la cota prevista en agosto pasado, se harán siete metros más arriba (620), con lo que se modifica toda la estructura de los viaductos de Calzón. En vez de ser de 170 metros, los vanos serán de 180. Donde había un tipo de acero se pondrá otro...

"El lunes pasado, que estuve viendo las obras [poco antes que Arias-Salgado], sugerí a los constructores que instalen en el mirador de Contreras unos telescopios con monedas para que los conductores que circulan por la N-111 se paren a mirar. Verán un espectáculo frenético y emocionante", cuenta Calzón. "Con el dinero que saquéis, les dije irónicamente, cubrís los gastos de las obras".

Aunque no prospere la sugerencia, ACS ya está filmando un vídeo para dar testimonio de cómo una obra sin ninguna complejidad aparente está resultando la más difícil de realizar por sus implicaciones políticas, económicas, constructivas, hidráulicas, administrativas...

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Pero la maldición adivina su final. La semana pasada, un dictamen de Consejo de Estado desbloqueaba el conflicto de Tous. El Gobierno tiene luz verde para indemnizar a Iberdrola por el salto hidroeléctrico de Miralles, que, de haberse llenado Tous, habría quedado anegado. Los 50.000 millones que pidió la compañía eléctrica cuando se construyó la nueva presa, tras el desastre de la vieja, en 1982, se quedarán en 13.000 o 15.000.

Fuentes de Iberdrola afirman que, tras el dictamen del Consejo, las negociaciones con la Administración para liquidar esa indemnización podrían concluir en mes y medio. En ese momento, la presa de Tous cerrará sus compuertas y podrá comenzar a embalsar una buena parte de sus 340 hectómetros cúbicos de capacidad -ahora sólo guarda 44-. Sísifo habrá encontrado entonces un descanso.

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