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Los sindicatos avisan al Gobierno que puede abrirse una etapa de confrontación

Los líderes de UGT y CC OO, Cándido Méndez y Antonio Gutiérrez, advirtieron ayer al Gobierno que se inicia una etapa de malas relaciones con el Ejecutivo. Ese cambio se debe a las profundas discrepancias que les separan respecto a la reforma fiscal y el Plan de Empleo que prepara el Ejecutivo, a la negativa de éste a mejorar la cobertura del paro y al medicamentazo elaborado por Sanidad.Méndez, con rotundidad, y Gutiérrez, con palabras más ambiguas, dejaron claro que esas reformas suponen "el núcleo duro de la política del Gobierno" y dónde "tiene que acreditar su voluntad real de comprometerse con el empleo, la equidad y una distribución más justa de la fiscalidad". En los días finales de abril o a primeros de mayo harán un balance del diálogo social y de los proyectos del Ejecutivo. Si persisten los desacuerdos, decidirán "movilizaciones amplias e intensas".

Ayer, los dos sindicatos, antes de hacer esas declaraciones, enviaron al Ministerio de Trabajo sus propuestas para el Plan de Empleo, que parten de esta premisa: España tiene que aprovechar el crecimiento económico a favor del empleo "y no limitarse a cumplir a regañadientes los acuerdos de la cumbre de Luxemburgo".

Para ello, reclaman que el plan recoja un aumento de inversiones en infraestructuras y del gasto en investigación y desarrollo; la búsqueda de nuevos yacimientos de empleo, la mejora de la oferta pública de puestos de trabajo, la reducción de la eventualidad en la Administración, la progresiva eliminación de las horas extras, el impulso a la contratación a tiempo parcial, con un reforzamiento de los derechos del trabajador, y que el Gobierno no se quede al margen en la reducción de la jornada laboral.

Sobre la jornada, los sindicatos afirmaron que, además del diálogo abierto con la patronal CEOE sobre la reordenación del tiempo de trabajo a través de la negociación colectiva, el Ejecutivo tiene que comproterse dando cobertura legal a los eventuales acuerdos y con incentivos a las empresas que creen puestos de trabajo mediante la reducción de jornada.

Los dos sindicatos creen que con esas medidas, y aprovechando todo el potencial del crecimiento económico en favor del empleo, se pueden crear 1,8 millones de puestos en cinco años, lo que reduciría la tasa de desempleo seis puntos, desde el nivel actual del 20,32% de la población activa.

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