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Incidentes tras un intento de 'okupación' de la Junta de Tetuán

El pleno municipal de Tetuán finalizó ayer con incidentes cuando, a las 21.15, decenas de jóvenes que habían acudido para protestar por el desalojo sorpresa de una casa okupada (ejecutado por la mañana en la calle de Salamanca, 8), volvieron al edificio para encerrarse en él. La Delegación del Gobierno negó que hubiese habido carga policial y aseguró que los okupas rompieron cristales de la Junta. Estos replicaron que los agentes golpearon con dureza. Hubo un detenido, Carlos D. G., de 30 años.

Según la versión de los okupas, al final del pleno volvieron a entrar al edificio de la Junta de Tetuán (Bravo Murillo, 357) para quedarse dentro en protesta por la "falta de soluciones sociales a los desalojos". "Los Policías Municipales nos echaron con las porras y nos fuimos a la gasolinera que hay enfrente. Una vez allí, llegaron los antidisturbios, que empezaron a pegar con gran dureza a todo el mundo y detuvieron a Carlos, que decía a la gente que no corriera", explicaron.Portavoces de la Delegación del Gobierno afirmaron que la unidad de antidisturbios de la Policía Nacional intervino "sin cargar cuando los okupas se enfrentaron a la Policía Municipal e interfirieron el tráfico al intentar entrar a la Junta causando daños en la puerta de entrada y rotura de cristales". El detenido está acusado de enfrentarse a los agentes locales y de lanzar piedras.

Petición de IU

IU presentó en el pleno municipal una moción de urgencia para solicitar que la Empresa Municipal de la Vivienda (EMV) llegue a un acuerdo con los dueños de la finca desalojada (Salamanca, 8) para adquirirla y construir en el solar pisos sociales donde realojar, con alquileres económicos, a vecinos de la zona cuyas casas se van a derribar y a los okupas que vivían en ella.El desalojo ejecutado por la mañana, que fue la causa de los incidentes nocturnos, había sido aplazado dos veces en los últimos doce días: el 22 de enero y el 2 de febrero. Ni los jueces ni la Delegación del Gobierno querían ejecutarlo ante las decenas de jóvenes que se concentraban en cada cita.

El pasado 2 de febrero, el desalojo se aplazó sin fijar nueva fecha y, los okupas dedujeron que querían echarles por sorpresa, cuando menos se lo esperasen. Así fue. "Hacia las ocho de la mañana, cuando aún dormíamos, escuchamos un ruido. Nos dio el tiempo justo para ponernos los pantalones y enseguida había veinte antidisturbios a nuestro alrededor", afirmó uno de los jóvenes expulsados.

"Como no somos mártires, no ofrecimos resistencia. En diez minutos estábamos en la calle. No hubo violencia. Los policías nos identificaron y filmaron en vídeo", concluyó. Francisco García Cediel, abogado de los okupas, cree "irregular" que el desalojo se ejecutase sin nuevo aviso a partir de la orden judicial que lo fijaba para el pasado 2 de febrero.

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