El Barça concede demasiado

Al Barça le falta instinto para dar el golpe en la Liga. En las dos últimas jornadas ha perdido cinco puntos en los últimos minutos. Cinco puntos que se suponen decisivos en la carrera por el campeonato. En San Sebastián casi repitió el desastre de Salamanca. Después de llevar el partido con bastante solvencia y con momentos magníficos, el Barça se fundió a última hora. La Real, que actuó con la determinación que acostumbra, se negó a aceptar la derrota y encontró el empate.El inopinado regalo del Barça se inscribe dentro de la indecisión de los favoritos en el campeonato. El Madrid no termina de funcionar. En el derby jugó tan mal que levantó demasiadas incógnitas sobre su verdadero estado como equipo y el de algunos de sus jugadores. Heynckes cambió su dibujo, como querían casi todos los jugadores y varios directivos, pero su renuncia tuvo efectos indeseables. El Madrid defendió mal, utilizó el balón de forma admnistrativa y apenas alcanzó el área. Pero salió Savio y todo fue diferente. A Suker le ha salido un rival imbatible. Según lo visto en el Manzanares, hay abismo entre la pujanza del brasileño y el declive del croata.

A pesar de sus concesiones, el Barça crece. O al menos lo hace en comparación con sus adversarios. Al equipo de Van Gaal se le puede acusar de distraído o de lo que se quiera, pero ya no se le puede achacar que juegue mal. Ahora da señales muy atractivas. Pero sucesos como el de Salamanca y San Sebastián suelen tener efectos depresivos.

En las condiciones actuales, con el Barça, Madrid y Atlético sin la pegada necesaria, la Liga está preparada para los tapados. Es el momento de los que llegan desde atrás y se deciden a pelear el campeonato. Quizá la Real, quizá el Athletic, quizá el Betis. Se verá su disposición en las próximas jornadas. La Real y el Athletic representan el fútbol físico y tenaz que ha caracterizado a estos dos equipos. El Betis tiene jugadores para aprovecharse de las indecisiones de los demás.

En esta Liga se abren demasiadas tesis porque pocas cosas están claras. No hay equipos hegemónicos y sólo un descolgado sin remedio: el Sporting, que va de desastre en desastre hacia la Segunda División.