La liberación de los dos ex presidentes provoca protestas en Corea del Sur
La puesta en libertad, ayer, de dos antiguos dirigentes de Corea del Sur, Chun Doo-hwan y Roh Tae-woo, encarcelados por traición y enriquecimiento ilícito y anmistiados el sábado por el presidente Kim Young-sam, ha cerrado un círculo en la historia del país. Los ex presidentes volvieron a sus casas en Seúl entre aplausos y abucheos, gracias a la medida que también respaldó el presidente electo, Kim Dae-jung.
"Siento pena por la angustia que le he causado al país", dijo Chun al salir de la cárcel.Mientras que la vuelta de los dos dirigentes fue vitoreada por vecinos, parientes y partidarios, minutos antes, 20 mujeres del principal grupo de derechos humanos coreano, Mingahyup, intentó parar al coche de Chun cuando salía de la cárcel de Anyang a las afueras de Seúl. La policía tuvo que contener a las manifestantes. Roh, el sucesor de Chun, salió del Centro de Detención de la capital surcoreana.
Los dos antiguos presidentes fueron condenados en conexión con un golpe de Estado en 1979 que llevó al poder a Chun con la ayuda de Roh. Un año más tarde, Chun reprimió de manera brutal una sublevación en la ciudad suroccidental de Kwangju, en la que murieron varios centenares de personas.
Las familias de las víctimas de aquella matanza han aceptado la amnistía como un paso hacia la armonía nacional. Sin embargo, los cicatrices de la represión brutal bajo los sucesivos régimenes de Chun y Roh siguen abiertas para algunos surcoreanos.
La Alianza Nacional, para la Democracia y la Reunificación de Corea, una organización disidente, ha convocado una manifestación el próximo jueves para pedir la liberación de un millar de "prisioneros de conciencia". "Estamos indignados de que haya asesinos en las calles mientras mucha gente sigue en la cárcel porque actuó según su conciencia", explicó Han Choong-mok, secretario general de la Alianza.
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