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La soberanía entra por la puerta del Soberano

11.000 personas visitaron el Congreso en la primera jornada de puertas abiertas

Un río humano que empezó a formarse antes de las siete de la mañana rodeó ayer el Congreso de los Diputados y fue invadiéndolo lenta, majestuosa, emocionadamente por la puerta de la fachada principal, la que sólo se abre para que cruce el Rey y presida la sesión solemne que inaugura cada legislatura. La soberanía popular se hizo presente de forma masiva e inesperada para los organizadores, hasta el punto de que a las cinco de la tarde fue necesario interrumpir la cola para evitar que miles de personas vieran frustrado su intento después de varias horas de espera. Unas 11.000 personas visitaron ayer la sede parlamentaria, con lo que la cifra global de visitantes de las dos jornadas de puertas abiertas bien puede rondar las 20.000 personas.La Mesa del Congreso decidió conmemorar la semana del 19º aniversario de la Constitución española con dos jornadas de puertas abiertas en las que, para remarcar el simbolismo democrático, los visitantes entrasen por la puerta principal. Hombres y mujeres, en su mayoría de la tercera edad, durante la mañana, y de edades más jóvenes en las horas de la tarde, tuvieron ocasión de recorrer no sólo la zona del hemiciclo y sus alrededores, como en cualquiera de las visitas normales, sino que accedieron a la primera planta para contemplar la galería de retratos del Congreso y las instalaciones del nuevo edificio.

- Yo me siento en el azul, en el de Aznar.

- ¡Hombre, claro!.

- ¡Huy, qué pequeño!.

Fue la frase más oída a lo largo de toda la jornada. El visitante, acostumbrado a las imágenes transmitidas por televisión, se extrañaba de las dimensiones del hemiciclo. Dos señoras de cierta edad fueron más lejos: "¡Qué desilusión! Tienen que hacer uno nuevo y más grande".

El recorrido por los pasillos del edificio nuevo, que permitió contemplar algunos despachos de diputados, provocó una reacción parecida: " ¡Huy, qué chiquititos!", fue la exclamación generalizada cuando la cola incesante de ciudadanos tenía ocasión de comprobar los 10 metros cuadrados del despacho de un parlamentario.

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La jornada estuvo salpicada de acontecimientos radiofónicos. El programa Hoy por hoy, de Iñaki Gabilondo, en la Cadena SER, por la mañana, o el de Nieves Herrero, en Radio Nacional por la tarde, se emitieron en directo desde el hemiciclo y redoblaron la curiosidad de los que acudieron.

Entre una y tres horas de espera tuvieron que soportar los miles de ciudadanos que abarrotaron el Palacio del Congreso.

El momento cumbre de la visita fue el recorrido por el hemiciclo, que incluía la posibilidad de sentarse en los escaños y permanecer allí un buen rato. La mayoría de las tarjetitas con el nombre de los diputados fueron desapareciendo, sin duda, como un travieso recuerdo para muchos de los que decidieron emplear la jornada en recorrer las instalaciones del Congreso. Todos se llevaron una bolsa con un texto que reproduce en facsímile la edición original de la Constitución, un folleto explicativo sobre la institución y un vídeo en el que se explica el trabajo parlamentario. Tanto Federico Trillo, presidente del Congreso, como los miembros de la Mesa y bastantes diputados no ocultaban su satisfacción desbordada y su asombro por la respuesta ciudadana.

En declaraciones a Iñaki Gabilondo, Trillo se mostró partidario de las listas electorales abiertas porque el modelo actual responde a la necesidad histórica del comienzo de la transición, cuando fue necesario asegurar fuerzas políticas estables capaces de "evitar la inestabilidad crónica que tantos disgustos nos ha costado".

La respuesta ciudadana fue tan contundente que cualquier observador sin pretensiones de análisis sociológico aventuraría que la sociedad española muestra un interés por su institución fundamental que ni los más optimistas habían previsto.

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