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NECROLÓGICAS

En la muerte de María del Carmen García-Nieto, historiadora y militante

Los barceloneses vuelven a Barcelona para morir allí. María del Carmen dejó Madrid, la Universidad Complutense y Vallecas, sus dos pasiones de muchos años, para retomar a su tierra y hacerse cargo del legado de su hermano Nepo, el jesuita profesor de ESADE y fundador de Comisiones Obreras en el Baix Llobregat.Barcelona fue el lugar de nacimiento de María del Carmen, en su universidad había estudiado filosofia y letras y allí había defendido su tesis doctoral como historiadora bajo la dirección de Jaume Vicens i Vives. El tema, pionero en aquellos años, era un estudio sobre la prensa de la ciudad a principios del novecientos. La vocación historiadora de María del Carmen le llevó a colaborar en algunas de las grandes obras de divulgación universitaria de la nueva historiografía que unía el exilio con los jóvenes historiadores de la oposición al franquismo. Sus Bases documentales de la historia de España abrieron muchos textos para la consulta de jóvenes contemporanistas. También fue esencial su participación como coordinadora de la Historia de España editada por editorial Labor.

Para María del Carmen, de familia carlista, militante en los movimientos cristianos de base y afiliada al partido comunista y a Iniciativa per Catalunya, el objeto de investigación de sus últimos años como universitaria no podía ser otro que la guerra civil, a la que dedicó páginas de equilibrada síntesis, reivindicando siempre una historia al servicio de la libertad y de la democracia.

Carmen era, sobre todo, militante cristiana de base y una excelente profesora de universidad. Cuando la Universidad Complutense le propuso que, al llegar su jubilación forzosa, aceptase ser catedrática emérita, renunció a esta culminación de su carrera académica y se fue a vivir a Vallecas, cerca de la comunidad de base y como profesora en un centro de educación de adultos, especialmente de mujeres. A la historia oral del movimiento de mujeres dedicaba su atención cuando la muerte, siempre prematura, de su hermano Juan Nepomuceno, Nepo, le llevaba a hacerse cargo del Centre de Documentació de la Fundació Utopia-Joan N. García-Nieto. Ésta sería su última tarea como historiadora y militante.

En la eucaristía que celebramos por ella y con ella, la memoria de María del Carmen sigue viva en aquellos ideales que ella supo dejarnos a quienes hemos sido y somos sus discípulos y sus herederos. Ella así lo entendió y lo vivió. Ella así nos lo confía.- jesuita e historiador.

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