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La recuperación de José María

A José María le diagnosticaron hace tres años el sida. Y no para de hacer cosas. Lejos de sumergirse en una depresión y de ser presa de la inactividad, este industrial madrileño de 46 años afronta la enfermedad con grandes dosis de optimismo y coraje. "La vida es lo que es y dura lo que dura. Trato de no comerme el coco", comenta jocosamente.

José María inició la triple terapia hace poco menos de un año porque le salieron unas llagas en la boca que no remitían con ningún tratamiento y también empezó con sarcoma de Kaposi. "Desde entonces he dejado los negocios. Y aunque tengo muy afectada la cara, me siento estupendamente y me dedico a mis aficiones. Solo tengo una neuropatía periférica, por la que se me duermen y se me anquilosan las piernas. Pero los médicos no saben todavía si es atribuible al virus", dice.

Empezó con dos inhibidores de la transcriptasa inversa y un inhibidor de la proteasa -dos enzimas necesarios para la replicación viral-. "A la semana de tratamiento", recuerda, "las llagas desaparecieron y poco después el sarcoma de la cara comenzó a mejorar". Con esta terapia José María pasó en tres meses de una carga viral de 1,4 millones de copias de ARN a 14.000.

Desde hace una semana la carga viral le ha subido a 60.000, y su médico en el hospital universitario de San Carlos, en Madrid, le ha añadido un fármaco más: otro inhibidor de la proteasa. "Estoy tomando 16 pastillas al día y soy bastante disciplinado. No resulta muy complicado seguir la medicación", cuenta.

No sabe cómo contrajo el virus, pero sospecha que fue en los años ochenta, mediante relaciones sexuales. Aunque lleva 20 años con pareja estable, "¿quién no ha echado alguna vez una canita al aire?", se pregunta. "Viví 10 años en Río de Janeiro y reconozco que allí disfruté, todo lo que quise. Entonces no teníamos la información de la que disponen ahora los jóvenes".

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