Anguita, satisfecho con el fracaso del 'olivo' gallego
Julio Anguita se siente satisfecho. El fracaso de la coalición entre el PSOE y la escindida Esquerda Galega le reafirma en que la unidad de las izquierdas "no se puede hacer sin IU y mucho menos contra IU". "Se ha destrozado", proclama, "una operación para aislar a nuestra Presidencia Federal, la pieza que estorba, un espejo molesto, ganando territorio como en el ajedrez". Lo que aguarda ahora es que los socialistas lo hayan entendido. IU, vino a decir ayer, queda a la espera de que se decidan a reanudar el diálogo.
"Joaquín Almunia y yo nos reunimos en julio para hablar de educación, sanidad...", recordó Anguita. "Luego", añadió, "Víctor Ríos [el coordinador de la Presidencia de IU] se ha hartado de telefonear a Cipriá Ciscar [el secretario de Organización del PSOE], que menuda factura nos va a costar, sin respuesta. Yo mismo he llamado en vano a Almunia. Tuvimos que enterarnos indirectamente, por la prensa, de que habían pospuesto los contactos hasta después de estas elecciones. Pues... ya dirán".
Anguita insiste en que, "con sólo 34 días" de trabajo, el balance de la nueva IU gallega es positivo y que ahora se trata de convertir a sus votantes en verdaderos militantes "para extender el discurso y preparar el terreno para los comicios municipales", en los que, como enfatizó Manuel Peña, su número uno del 19-O en Galicia, cualquier entendimiento con otra s fuerzas pasará "por la discusión de los programas y las listas separadas".
De momento, Anguita reconoce que "no hay una alternativa de izquierda en Galicia". Según él, Manuel Fraga ha ganado porque allí prevalece "el pensamiento conservador" y sigue funcionando "el caciquismo", ahora a través de las subvenciones de las Diputaciones, esas "damas discretas" que "pasan inadvertidas", pero "manejan dinero a espuertas".
La moderación del BNG
Respecto al BNG, Anguita se preguntó si se está ante el nacimiento de un nacionalismo como el de CiU o el PNV. Tiene, admitió, propuestas de izquierda, pero se ha moderado para ocupar lo que él llama "el agujero negro, el centro izquierda". Por eso, advirtió, puede terminar defraudando a muchos de sus votantes.
