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FÚTBOL - CAMINO DEL MUNDIAL DE FRANCIA

Una victoria para la estadística

España derrota a las Islas Feroe con menos goles de los previstos en un partido discretísimo

Santiago Segurola

En plan festivo y con menos goles de los previstos, España batió al equipito de las Islas Feroe y cerró el ciclo de clasificación para el Mundial. Como ha ocurrido desde 1978, la selección alcanza un puesto en el torneo más prestigioso del fútbol. Llega con el viento de cola, entre los favoritos, como corresponde a un equipo que dispone de excelentes futbolistas. El último partido fue a beneficio de inventario, una verbenita intrascendente para la clasificación final del grupo. Hubo algunos jugadores que se tomaron el partido a pecho, como Aguilera, Santi y Oli, que ofician de meritorios.El partido sirvió de corolario a una fase de clasificación que España ha resuelto con comodidad. Con un juego que en realidad sólo fue destacable en el primer partido frente a Yugoslavia, la selección ha encontrado las vías para ganar partidos. Queda por confirmar su autoridad en los días que catalogan a las grandes selecciones. Sobre esa asignatura, se responderá en Francia. Mientras, hay optimismo alrededor del equipo, que despierta más controversia sobre el estilo que sobre los jugadores.

En cuanto a los futbolistas, España anda sobrada. A la vieja guardia se han unido gente como Raúl, Alfonso y Ríos. En lo suyo son jugadores con sustancia. Raúl, por su carácter ganador; Alfonso, por su indescifrable habilidad, y Ríos por el poderío que le convierte en el sucesor de gente como Nadal o Hierro.

Alfonso y Ríos no jugaron, protegidos por Clemente por el asunto de las tarjetas. Raúl si jugó. Lo hizo con su habitual calentura, con la determinación que le convierte en un delantero especial, uno que se muere por el gol. Del partido quedó su desesperación por no marcar en la jugada del segundo tanto. Fue una acción, espléndida, probablemente la única destacable de todo el encuentro: una hermosa pared con Amor dejó a Raúl frente al portero, que se comió el amago del delantero español, pero el delicado remate del madridista se fue contra el palo. Oli acudió al rechace y mar ó. Lo celebró con entusiasmo entras Raúl pateaba la pelota contra la red preso de la irritación. Es el signo de los goleadores. Fuera de un par de cosas notables, Raúl no jugó bien. Por ese lado estuvo a la altura de los demás. Lo noche tampoco motivaba a nadie. Sólo Aguilera, Santi y Oli parecían metidos en el partido, aunque ninguno sacó nota. Luis Enrique también vivió el encuentro. Por paisanaje y porque el hombre está pletórico. Luis Enrique vive días felices y se nota. En estado de gracia, a Luis Enrique le ha dado por embocar todo lo que encuentra. Anotó el primer gol, que fue consecuencia de un control estupendo. Y el tercero fue un modelo de elegancia, no sólo por el remate venenoso con la izquierda, sino por la jugada: una progresión de Sergi, el centro y Raúl que la baja con el pecho. Del resto se encargó Luis Enrique, que amagó un tiro y realizó otro.

El resultado fue imprevisto, pero se ajustó a lo que pasó en El Molinón. España estaba en otra historia y los jugadores de las Feroe disputaron el encuentro con orgullo y el punto de agonía de los que equipos que se niegan al desplome. En su entusiasmo encontraron con un gol, precioso por cierto, aunque Sergi contribuyó con un despeje desacertado.

La curva del encuentro fue descendente, como cabía esperar. Una vez que España desestimó la búsqueda de la goleada, el juego se volvió extraordinariamente espeso. Entre la falta de motivación y os errores de cada cual, el partido e hizo interminable. Uno de los problemas fue la insistencia de entrar por el medio. Apenas se busaron las alas y así no hubo manea frente a un equipo que defendió con un cerro de gente.

El segundo tiempo abundó en lo mismo. Hierro abandonó el campo, pero Guardiola no aclaró demasiado el panorama. El jugador azulgrana está a falta de partidos y se tomó la noche a modo de entrenamiento. Ni a Guardiola ni a nadie se le puede reprochar su tibieza. El partido sólo servía como una nota a pie de página en el historial de la selección española. Otra victoria y nada más. Ahora viene lo bueno. Se acerca el Mundial y España acude con más expectativas que nunca.

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