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Aznar ofrece al PSOE un pacto sobre financiación de partidos y Justicia

José María Aznar lanzó ayer al PSOE una oferta de diálogo para: llegar a acuerdos sobre la financiación de los partidos y la política de justicia. Fue en Quintanfila de Onésimo (Valladolid) y ante dos centenares de militantes de] PP. Dijo que espera de los socialistas "una actitud constructiva, sin posiciones negativas ni miradas al pasado". El presidente del Gobierno aprovechó para dirigirse a sus socios del PNV` y CiU. "Ellos" manifestó, "contribuyen al bienestar y a la buena marcha de la nación. Juntos debemos preservar la estabilidad, realizar una política ambiciosa y buscar puntos de encuentro".

José María Aznar había estado antes en Silos, donde recibió una llamada del presidente de Francia, Jacques Chirac, con quien durante unos 20 minutos analizó las perspectivas de la Unión Económica y Monetaria. Ambos mandatarios, según fuentes del Elíseo, mostraron su determinación por conseguir la moneda única. Chirac reiteró la colaboración francesa en la lucha antiterrorista y ambos comentaron la próxima visita privada del rey Juan Carlos a Francia. Por la noche, ante sus militantes, Aznar aseguró que "hay que encontrar una política común para aplicar bien los acuerdos y pactos elaborados". El presidente dijo que esto "no es contradictorio con la reformulación, de propuestas que no tienen por qué afectar la acción del Gobierno". "Es evidente que el Gobierno cumplirá la investidura", apostilló.Aznar adelantó que los presupuestos de 1998 serán exigentes para que "fórtalezcan el crédito de la economía española y garanticen la senda del bienestar". "Se está creando empleo", añadió, "y estamos en la tasa más baja de desempleo desde l981". "Lo que no vamos a hacer", dijo refiriéndose a la política socialista en Francia, pero sin citarla, ,les aumentar los impuestos para favorecer el subempleo, sino una política rigurosa de empleo estable". "Otras prioridades de los presupuestos", agregó, "serán la sanidad, la educación, la profesionalización del Ejército, las infraestructuras y el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones".

Con aplausos y vítores"

"De bien nacidos es ser agradecidos". Esa frase, incluida por el alcalde. de Silos en el bando que exhortaba a sus convecinos a recibir al presidente con "aplausos y vítores", surtió efecto. Algunos no supieron responder muy bien qué eran lo que tenían que agradecerle a Aznar, pero, por si acaso, se vistieron de domingo, engalanaron sus balcones y salieron a esperar al presidente a la puerta del monasterio. A eso del mediodía, el helicóptero presidencial, procedente de Oropesa (Castellón), aterrizó en una era cercana. Para la misa, celebrada según el rito mozárabe, se sumaron a los monjes benedictinos de Silos religiosas y religiosos cistercienses. El abad del monasterio, Clemente Serna, dijo al principio del sermón que la visita de Aznar era "un honor y una alegría" y luego habló del valor de la oración.

Tras la misa, Aznar -acompañado por el abad y por el presidente de la Junta de Castilla y León,Juan José Lucas- paseó por el claustro, se dejó hacer fotos y contempló el ciprés plantado en 1883 junto a una fuente. El "enhiesto surtidor de sombra y sueño" (Gerardo Diego) -se recupera de una enfermedad causada por el césped y que ha tenido que ser segado en su totalidad. Luego, y tal como estaba previsto, el presidente del Gobierno almorzó en el refectorio de la abadía junto a los 34 monjes de Silos. En un silencio sólo roto por la Iectura de las confesiones de Tarancón, disfrutó de un menú ordinario: verdura, potaje y carne; agua y vino. Tras una breve tertulia, y confortado por las bendiciones de sus amigos los monjes, Aznar se dejó ver por primera vez ante los vecinos de Silos. Ahí empezó la fiesta.

Los danzantes de la Virgen del Mercado -ocho niños ataviados con faldas blancas y un zarragón que interpretaba melodías muy antiguas y populares- abrían una especie de cortejo triunfal. Aznar, flanqueado por sus escoltas y una compañía del Grupo Rural de Seguridad de la Guardia Civil, encabezaba la procesión, que, curiosamente, cerraba una pancarta de protesta de los vecinos de Pinilla de Trasmonte. La visita de Aznar también fue aprovechada por los vecinos del Bajo Arlanza, "unidos contra el pantano de Castrovido", ,y por el incombustible José María Ruiz-Mateos, que repartió fotos,abrazos y un poema sobre una abejita.

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Ya en la puerta del hotel de Silos, propiedad del alcalde, Aznar contempló el último baile de los danzantes, cuya letra sólo se sabían los más viejos.- "Si la Juan Antonia se queda embarazada, el Juan Antonio no sabe nada". Tras las canciones, Aznar debió elegir entre dos posibilidades: o echarse una buena'siesta o jugar al dominó, que para eso Emeterio Martín -el agradecido alcalde, del PP había dispuesto un juego de fichas y dos de los mejores jugadores del pueblo. No estaba el presidente por hacerle el feo a Emeterio y se decantó por la partida.

Las parejas se formaron así: Lucas jugó acompañado por Ignacio Espejas, subteniente de la Guardia Civil, y Aznar por Bernardo Martín, oficial retirado de la Policía Municipal de Madrid. Fue éste, Martín, quien unos mi nutos antes había declarado: "A mí no me preocupa enfrentarme al presidente. Jugaré lo mejor que sé sin darle mayor importancia".

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