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Almunia y Anguita ponen fin a años de hostilidad entre PSOE e IU y abren una etapa de diálogo

Agua pasada no moverá el molino de la izquierda. Izquierda Unida y PSOE decidieron ayer acabar con años de hostilidad y abrir una nueva etapa en sus relaciones. Por primera vez, están dispuestos a discutir sobre lo que les separa, que todavía -admiten- es mucho. Pero también están dispuestos a buscar las coincidencias que les permitan hacer frente común a las políticas del Gobierno del PP. Lo que Julio Anguita llamó "nueva atmósféra" es el resultado de la primera reunión celebrada entre las dos fuerzas de izquierda, a instancias del nuevo secretario general del PSOE, Joaquín Almunia.

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De la reunión de ayer salieron todos más contentos que unas pascuas. Positivo e importante fueron los dos calificativos con que Julio Anguita, coordinador general de IU, y Joaquín Almunia, nuevo líder del PSOE, apellidaron este primer encuentro que, sobre todo, había servido, en expresión de Anguita, para "sembrar". Estaba el coordinador de IU satisfecho, contento, pero "cauto". "Pretendemos", dijo, "que se inaugure una nueva etapa; creo que se puede abrir; el resultado de hoy es importantísimo", insistía haciendo derroche de superlativos. Y dicho eso, de nuevo la autocontencióri. "Hay que atemperar las expectativas a la realidad".Era casi lo mismo que, en otro tono, -como distinto es el estilo de Andalucía y del País Vasco-, decía Almunia. "Ha sido una reunión muy sincera en la que nos hemos sentido, creo yo, todos muy cómodos". Para el secretario general del PSOE, el principal acuerdo es que "se va a seguir dialogando sin rupturas a sabiendas de que se encontrarán discrepancias futuras". ¿Es poco? Depende. Sin duda, es un paso de gigante si se tiene en cuenta de dónde se viene.

En cualquier caso, ambos líderes se empeñaron en dejar la sensación de que el pasado reciente ha muerto y surge otro en el que, al menos, se quiere que las discrepancias en algunos asuntos, por muy importantes que sean, no rompan del todo el diálogo. Almunia daba un dato, aparentemente intrascendente, pero que tiene gran fuerza práctica. "Hemos acordado que en caso de que se registren diferencias las resolvamos con llamadas personales antes de recurrir a las descalificaciones públicas".

Teatro

La reunión fue breve: hora y cuarto, más o menos. Y Anguita, que iba acompañado por Rosa Aguilar, Mariano Santiso, Víctor Ríos y Alonso,Puerta, entró en la sala con muecas de desagrado ante el despliegue informativo. "Esto es Un teatro, yo vengo a trabajar". Y trabajar, trabajaron, porque en esos escasos 80 minutos marcaron un riguroso plan de trabajo. Con Almunia, entraron en la sala Cipriá Ciscar, Alfredo Pérez Rubalcaba, Joan Lerma y Jesús Caldera.Se marcaron las coincidencias. Se acotaron las diferencias. Se estableció el calendario y se fijaron los acuerdos. Las coincidencias, a lmenos en el diagnóstico de la actuación del Gobierno, les llevará a hablar y a hacer seguramente propuestas concretas en Educación, Sanidad y política fiscal. Por encima de todo esto, los Presupuestos Generales del Estado para 1998. La intención es la de elaborar una propuesta común y alternativa a la del Gobierno.

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Y parece que no son sólo buenas intenciones. A partir del 1 de septiembre, se pondrá en marcha un mecanismo de coordinación entre los dos grupos parlamentarios. Antes de eso, ambos grupos actuarán juntos la próxima semana firmando una solicitud para que comparezca el ministro de Industria, Josep Piqué, y explique el proceso de privatización de la Corporación Siderúrgica Integral. "No tiene mucho sentido que una empresa pública española . se privatice pasándosela a una empresa pública francesa", comentó Almunia.

De Francia también habló Anguita cuando dijo que "el ejemplo francés es un referente". El coordinador de IU aludía al acuerdo de gobierno al que han llegado en Francia socialistas y comunistas. La nueva etapa les llevará, incluso, a discutir de la construcción europea.

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