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Chirac critica por primera vez las principales actuaciones de su Gobierno de izquierdas

Enric González

El presidente de Francia, el conservador Jacques Chirac, criticó ayer, por primera vez, la actuación de su nuevo Gobierno de izquierdas. Lo hizo con severidad, rechazando las posiciones del primer ministro socialista, Lionel Jospin, acerca de los asuntos más esenciales: la construcción europea la economía, las privatizaciones y la inmigración. Y pronosticó, de forma implícita, que su Gobierno no conseguiría cuadrar a tiempo las cuentas de Maastricht. Chirac deseó que la actual cohabitación fuera "constructiva" pero en el Partido Socialista (PS) sentaron mal estas declaraciones. Según el portavoz del PS, Francois Hollande, Chirac se erigió por momentos en "responsable de la oposición".

Jacques Chirac aprovechó la fiesta nacional francesa del 14 de julio (día de la toma de la Bastilla) y la entrevista televisada que concede el presidente en tal fecha para, por primera vez desde el descalabro electoral conservador del 1 de junio, marcar distancias respecto a su Gobierno. Como hacía Francois Mitterrand en épocas de cohabitación institucional, Chirac optó, tras el gran desfile militar de París" por apartarse de los jardines del palacio del Elíseo (donde estaban Jospin, todos los ministros y varios miles de invitados) y hablar con los periodistas en un ambiente más solemne, el de su propio despacho.El presidente trató de demostrar que su depresión postelectoral estaba superada e incluso afirmó que, pese al resultado, su decisión de convocar elecciones anticipadas había sido correcta. No se arrepiente de ella. "Era la mejor solución", dijo, "no atravesábamos una crisis política, pero nos arriesgábamos a una crisis social grave. De todas formas", opinó, "el año próximo [la legislatura debía concluir en marzo de 19981 también habríamos perdido".

Las críticas más duras de Jacques Chirac se centraron en la gestión económica de su Gobierno, por activa y por pasiva: consideró malo lo que estaba haciendo Jospin, pero también ironizó sobre el largo tiempo que estaba tomándose el primer ministro antes de definir concretamente su programa.

El presidente señaló que el déficit presupuestario francés era "del orden del 3,5% del Producto Interior Bruto" (su anterior Gobierno temía que rozara el 4% a finales de año) e indicó que había que reducirlo al 3% por dos razones: porque había que respetar estrictamente "la fecha y las condiciones" de acceso al euro para que Francia fuera "uno de los motores de la construcción europea", y por una cuestión de simple "buen sentido" económico.

El deseo de Jospin de que la interpretación de los criterios fuera tendencial quedó descalificado, al igual que la política expansiva impulsada por el Gobierno de izquierdas.

Acerca de la anunciada descongelación de partidas presupuestarias por importe de 10.000 millones de francos, apartadas por el ex primer ministro Alain Juppé para reducir el gasto, Chirac empleó el sarcasmo: "Vamos a gastar unos miles de millones, está muy bien. Especialmente para los que se aprovecharán de ello. Pero nos hará falta recuperarlos por otro lado", dijo, aventurando que Jospin tendría que recurrir a nuevas subidas de impuestos cuando ya se había alcanzado, en su opinión, un nivel de presión fiscal excesivo que paralizaba la actividad y destruía empleo.

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Programa de privatizaciones

La suspensión del programa de privatizaciones fue calificada de "error" por el presidente, ya que privaba de unos ingresos importantísimos al Estado, "un magestor empresarial", e impedía que las empresas públicas establecieran alianzas con otras empresas privadas europeas.El repaso a las primeras medidas gubernamentales se extendió a casi todos los ámbitos. La regularización de varios miles de inmigrantes sin papeles equivalía a legitimar la inmigración clandestina", el restablecimiento del control administrativo sobre los despidos masivos era "retrógrado' , el cierre del reactor nuclear Superphénix (una vieja reivindicación ecologista) se había hecho irreflexivamente y ponía en peligro toda la industria nuclear francesa, el nuevo sistema de límites a los subsidios familiares podía "castigar a las mujeres que trabajan", etcétera.

La entrevista duró 80 minutos y a su término Jospin ya había abandonado la fiesta. Fue el momento elegido por Chirac para despreocupadamente salir al jardín, mientras la orquesta interpretaba el tema de las películas de Indiana Jones, y regalarse un baño de multitudes. La derrota electoral ya había quedado atrás.

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