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Cuba teme que los grupos anticastristas de Miami intenten nuevos atentados

La explosión de dos pequeñas bombas en dos hoteles de La Habana el sábado pasado ha dejado una sensación de desconcierto e incertidumbre en las autoridades castristas ante la eventualidad de que se puedan repetir los atentados contra otros centros turísticos y dafiar así la segunda industria de la isla. "Lo sucedido fue como decir: ¡Estamos aquí! ¡Os avisamos. Sabed que podemos volver! dijo un diplomático. La policía investiga varias pistas y trabaja en estos momentos sobre diversas hipótesis. Casi todas pasan por Miami.

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Tanto en el hotel Capri como en el Nacional, que están situados a menos de 100 metros de distancia en el barrio de El Vedado, en el corazón de la ciudad, hay cámaras de circuito cerrado de televisión. Fuentes cubanas confirmaron a este periódico que la policía revisa minuciosamente las grabaciones que pueden haber quedado registradas y también interroga a empleados y turistas que estaban, el sábado en la recepción de ambos hoteles, donde estallaron las bombas, con el propósito de identificar a la persona o grupo de personas que colocaron los artefactos explosivos.Aunque hasta el momento no se ha dado una versión oficial de los hechos, las autoridades barajan la hipótesis de que las dos bombas pueden haber sido colocadas por el mismo individuo. Varios elementos apoyan esta tesis. Los dos artefactos eran de similar potencia y en ambos casos fueron colocados en la recepción de los hoteles. Las dos explosiones se produjeron en un intervalo de 10 minutos, una a las 11:25 y otras a las 11:35 de la mañana. La distancia entre el Capri, donde estalló la primera bomba, y el Nacional, se recorre en tres minutos, incluso caminando despacio. Asimismo, la policía ya ha descartado prácticamente que se tratase de bombas de fabricación casera, e investiga si el material explosivo utilizado en los atentados del sábado es de tipo plástico, similar al incautado en mayo a una ciudadana cubanoamericana residente en Miami. La mujer, cuya identidad se desconoce, fue detenida en el aeropuerto cuando entraba a La Habana para realizar una visita familiar, similar a la que hacen todos los años decenas de miles de exiliados cubanos.

Su captura se realizó semanas después de que en la discoteca del hotel Meliá-Cohiba de La Habana se produjese una explosión, cuya causa, según diversas fuentes, fue una bomba con explosivo plástico del tipo C-4. Las autoridades nunca reconocieron de forma oficial el atentado, pero días después incrementaron los controles y la vigilancia en varios hoteles y aeropuertos.

La detención de esta mujer puso a las autoridades cubanas sobre la pista de una posible vía de entrada de explosivos a Cuba. -El año pasado, 100.000 exiliados cubanos residentes en Miami viajaron a la isla para visitar a sus familiares en chárters y vuelos regulares que hacen el recorrido Miami-Nassau-La Habana, o Miami-Cancún-La Habana, y seis mil cubanos residentes en la isla hicieron lo propio desde La Habana con visado norteamericano.

Los viajeros que realizan este tipo de visitas normalmente traen paquetes de medicinas y regalos de sus amigos en Miami para sus familias en La Habana, y según cree la policía cubana, algunos exiliados podrían estar sirviendo de "mulas", consciente o inconscientemente, para el tráfico de explosivos. Ello supondría, reconocen funcionarios cubanos, "algún cierto tipo de infraestructura" en Cuba y la colaboración de residentes en la isla con estos grupos del exilio que tratan de realizar atentados en la isla contra objetivos turísticos, con el propósito de perjudicar a la segunda industria nacional.

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El Gobierno cubano aseguró el sábado poseer "evidencias" de que tanto los responsables de los dos atentados como los materiales utilizados procedían de Estados Unidos. Según un funcionario norteamericano en La Habana, las autoridades cubanas hasta el momento no se han comunicado con Estados Unidos para poner encima de la mesa las pruebas que sostienen esas evidencias, como solicitó el sábado el Departamento de Estado, "Eso sería importante, pués también atañe a nuestra seguridad", dijo el funcionario.

Además de la detención de la cubanoamericana en mayo, la policía cubana detuvo en agosto de 1996 a un ciudadano norteamericano vinculado a los grupos anticastriastas de Miami llamado Walter vander Veer con explosivos y otros materiales para realizar atentados en la isla.

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