Un árbol en la UVI

El que posiblemente sea el olmo más viejo de la región (por encima de los 110 años) fue vacunado ayer. La Consejería de Medió Ambiente le metió una inyección de 250 litros de fungicida para evitar que la grafiosis (una enfermedad que ha acabado con el 95% de los olmos de Madrid) lo mate. El ejemplar está protegido desde 1992, y se encuentra dentro del Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre. Otros 13 ejemplares más comparten tal distinción. Están situados en Nuevo Baztán, Madrid (Somontes y el parque del Retiro), Rascafría, Aranjuez, Navalcanero, San Lorenzo de El Escorial y San Martín de Valdeiglesias."Hasta hace pocos años, en Guadarrama teníamos más de 200 olmos. La grafiosis acabó con todos. Sólo nos queda éste, y tenemos que protegerlo a toda costa", señaló ayer el alcalde, José Ignacio Fernández, del PP.

El olmo de Guadarrama, situado frente a la puerta del Ayuntamiento, tiene más de 21 metros ,de altura, su copa ocupa un diámetro de 22 metros y su base alcanza 4,45 metros de grosor. Fue plantado en el siglo pasado por el propietario de una tienda, llamado Juan Lizcano, Juanito. El establecimiento, tras la guerra civil, desapareció bajo los bombardeos, pero no así el olmo.

En los años cuarenta, la Dirección General de Regiones Desvastadas decidió reconstruir el pueblo. La casa del comerciante no fue rehabilitada, pero sí el Ayuntamiento cercano. Sin embargo, la nueva casa consistorial no quedaba, tal y como estaba proyectada, enfrente del árbol. Los técnicos de la época, según relató ayer el alcalde, decidieron entonces mover el Ayuntamiento para que el edificio quedase justo enfrente de el.

Tomás Valero, jefe de jardineros municipales, es la persona encargada de mantener sano el centenario olmo. "El año pasado lo podamos y le dimos los primeros tratamientos para evitar que le dañe la grafiosis. Pero, al no ser suficiente, la Comunidad ha decidido ahora vacunarlo".

La viceconsejera de Medio Ambiente, Sylvia Enseñat, que asistió a la inyección de fungicida, explicó ayer que la grafiosis es una enfermedad originaria de Asia que entró en España en los años ochenta. -

"Lo único que por ahora se puede intentar es eliminar todos los agentes de transmisión con insecticidas e inocular fungicida en el sistema circulatorio del árbol", explicó la viceconsejera.

En el año 1990, el que entonces era él olmo más viejo de la región, el de Miraflores de la Sierra, con más de 300 anos, sufrió un tratamiento parecido. Bajo sus ramas el premio Nobel Vicente Aleixandre escribió un poema y sus palabras han sido grabadas en una placa que se conserva en la plaza del pueblo.

Sin embargo, cuando los técnicos de Medio Ambiente le inyectaron el fungicida al centenario ejemplar ya era demasiado tarde: la enfermedad se había extendido por sus ramas. El olmo murió unos meses más tarde. Su tronco se conserva aún como recuerdo en Miraflores. "Esperemos que aquí no pase lo mismo", dijeron ayer los técnicos.