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CuImina la autopista del Huerna con la apertura del segundo túnel del Negrón

La autopista del Huerna, la única en España cuyo trazado discurre integramente por alta montaña y que comunica Asturias con la Meseta a través de la cordillera cantábrica, quedará hoy concluida con la inauguración del último de los túneles del Negrón por parte del vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Alvarez Cascos.

Han sido necesarios 21 años desde que comenzaron los trabajos de construcción de la autopista y 14 desde su entrada en servicio para culminar esta obra que rompe el aislamiento del Principado salvando, a lo largo de 86,7 kilómetros, una impresionante barrera de crestas afiladas y agudos picachos.Catorce túneles, que suman17 kilómetros; 30 viaductos, con una longitud total de 2.500 metros, y un puente sobre el embalse de Barrios de Luna, que en 1983 marcó un record mundial de largura, jalonan una vía, la A-66, que transita entre Campomanes (Asturias) y Onzonilla (León).

La autopista asciende en sólo 22 kilómetros desde los 354 metros sobre el nivel del mar, en Campomanes, hasta los 1.229, su máxima cota, en los túneles del Negrón, el segundo de los cuales se inaugura hoy, para descender a partir de ahí hasta los 887 en Onzonilla. Sin embargo, el desnivel máximo de la calzada no supera el 6% frente al 18% que alcanzan, en algunos tramos, las rampas del puerto de Pajares, la vía tradicional de paso.

Para dulcificar el trazado se acometieron movimientos de terreno procediendo a desmontes de más de 100 metros de altura y al relleno de terraplenes de hasta 110 de profundidad. Sólo entre los túneles del Negrón y Pando se llegó a desalojar un millón de metros cúbicos de roca y tierra por cada kilómetro construido.

Aunque el tráfico no ha dejado de crecer (en 1996 transitaron por el Huerna casi 1,8 millones de vehículos, más del doble que en su primer año, 1983, y desde entonces lo han hecho 17,5 millones), el índice medio no ha logrado rebasar aún los 5.000 diarios, lo que, unido a los elevados costes de construcción, unos 100.000 millones de pesetas, junto a las cargas financieras y la imposibilidad de repercutir sobre los usuarios el coste real, para no hacer prohibitivos los peajes, han mantenido a la empresa, Autopista Concesionaria Astur-Leonesa, SA (Aucalsa), en situación de pérdidas crónicas.

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