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Un hombre mata a su ex mujer en Cuenca delante de su hijo de siete años

A veces, los crímenes son más horribles por quien los ve. Un hombre -Pedro R. F., de 36 años, camionero de profesión- mató el sábado con una escopeta de cazar jabalíes a su ex mujer, la funcionaria de prisiones Mercedes Collado, de 32 años, e hirió de gravedad a su novio, el también funcionario de prisiones Julián Villanueva, de 36. Otra mujer, la subdirectora de tratamiento de la prisión de Cuenca, resultó herida leve. Tras la escabechina, el autor de los disparos levantó los brazos y se entregó a un guardia civil. Sucedió en la plaza de España de Cuenca. El hijo del criminal y de su víctima, un niño de siete años, estaba allí, lo vio todo y se puso a llorar.

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No habían dado todavía las ocho y media de la tarde. El subdelegado del Gobierno en Cuenca, Luis Casero, esperaba frente al televisor que empezara el partido de fútbol entre el Barcelona y el Real Madrid. Fue entonces cuando sonaron los disparos. "Me asomé inmediatamente a la ventana que da a la plaza", recuerda, "y vi a una mujer desplomada sobre un banco; muy cerca de ella, un hombre ensangrentado. Bajé corriendo las escaleras y cuando llegué a la puerta del edificio, el guardia civil de servicio ya tenía al autor de los disparos. Se había entregado".Al principio se pensó en un atentado terrorista, puesto que los tres heridos eran funcionarios de prisiones, pero enseguida se supo que la culpa era de los celos. Pedro y Mercedes llevaban separados desde hacía un año y el hombre -según confirmaron ayer familiares de las víctimas- no se había resignado. Las cosas empeoraron cuando Pedro -conductor de un camión de hormigón- se enteró de que Mercedes salía periódicamente con un compañero de trabajo. Un día le advirtió: "Te voy a matar, a ti y a ese novio tuyo".

El sábado cumplió la amenaza. Mercedes se encontraba junto a Julián y otras dos personas más -la subdirectora de tratamiento de la prisión y su marido- en uno de los bancos de la plaza de España. El hijo de Mercedes jugaba a la pelota con los de la otra pareja, dos mellizos de cinco años. Entonces sucedió todo. Pedro se apeó de su vehículo y se aproximó con paso resuelto hacia el grupo. Llevaba una escopeta de caza marca Beretta cargada con cartuchos de postas. Se plantó cuando sólo les separaban dos metros y medio de distancia, y apuntó. Fueron cuatro tiros. El primero, para ella; el segundo, para él.

Mercedes Collado se desplomó sobre el banco tal como se ve en la fotografía, ya inconsciente. Un patrullero de la policía la trasladó al hospital Virgen de la Luz donde ingresó a las 20,47 con un "traumatismo torácico abierto por herida de arma de fuego, con orificio de entrada a nivel del costado derecho y de salida a nivel de la escápula derecha". La mujer, según el centro sanitario, ingresó en estado de choque y poco después sufrió una parada cardiorespiratoria que le produjo la muerte.

Julián Villanueva se debatía en la noche de ayer entre la vida y la muerte. El sábado fue intervenido durante más de cinco horas por el disparo recibido, que le ocasionó rotura del bazo, perforación del colon izquierdo, desgarro hepático y rotura del diafragma y del riñón izquierdo. Uno de sus hermanos se lamentaba anoche en la sala de espera de la UCI: "Está muy mal. No mejora. Tiene hemorragias y a lo mejor tienen que operarlo...".

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La otra mujer herida por los disparos, María Rosario R.L., fue dada de alta a las pocas horas tras curarle las heridas de una mano. Mercedes Collado Arias será enterrada hoy en León, de donde era natural. Desde hacía siete años trabajaba de asistente social en la prisión de Cuenca.

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