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Blair se presenta a sí mismo como el gran aval del programa laborista para derrotar a Major

No hubo sorpresas de última hora, ni ofertas coloristas para la prensa. El manifiesto del nuevo laborismo presentado ayer por el líder del partido, Tony Blair, ofrece a los ciudadanos británicos un contrato articulado en 10 puntos, encabezado por detalladas propuestas en de educación y carente de promesas radicales. "Lo más importante en elecciones es la confianza", dijo Blair en la presentación de un manifiesto que gravita enteramente sobre su persona. En su breve discurso, el líder laborista se atribuyó el mérito de haber transformado en tres años el viejo laborismo hasta convertirlo en "un movimiento que no ofrece dogmas, sino un conjunto de valores" encuadrados en el "centro radical".

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Un partido, en el que se puede confiar es lo que cree haber conseguido y vende, Blair. La última encuesta publicada ayer por The Times, que coloca a los laboristas 27. puntos por delante de los conservadores, vendría a demostrar que Blair ha conseguido su objetivo con el partido condenado a 18 años de oposición por los ciudadanos británicos.El miedo a no poder cumplir promesas demasiado osadas es una, de las razones por las que según explicó, ayer Blair, "no prometer el paraíso es una de las virtudes de nuestro manifiesto. No pretendemos resolverlo todo. No hay varitas mágicas con soluciones inmediatas. En todo caso el líder laborista consideró "radicales" las propuestas de un programa que ofrece "un nuevo punto de partida" para el Reino Unido bajo el lema Britain deserves better: (El Reino Unido merece algo mejor). "Un programa, que no es meramente un conjunto de medidas políticas" dijo Blair en un tono de telepredicador. "Sino una visión de futuro para nuestro país. No se trata tan sólo de reemplazar un Gobierno. Lo que queremos es cambiar las prioridades de ese Gobierno, su filosofía".

Para empezar, y frente a los conservadores, cuyo manifiesto arranca con una serie de medidas económicas destinadas a aportar mayor bienestar a los ciudadanos, los laboristas hacen, de la mejora de la educación su prioridad. La reducción del número de alumnos por clase y la reforma del desastroso sistema actual de escuelas comprehensives (secundarias que no aplican criterios selectivos) será financiado con dinero que ahora se destina a subsidios variados. Un Gobierno, presidido por Tony Blair no estimulará la tendencia a vivir de la caridad del Estado, sino que incentivará "el trabajo y las oportunidades para todos". Por ejemplo, ofreciendo empleo a 250.000 jóvenes, los más castigados por el paro, en un nuevo esquema que funcionará con los fondos aportados por un nuevo impuesto sobre las compañías de bienes públicos que se han privatizado. Conservadores y liberal-demócratas pasaron ayer facturá a los laboristas, acusándoles de presentar un programa de mejoras sociales que "cuesta 30.000 millones de libras [siete billones de pesetas]", que habrán de salir de alguna parte.

Aún así, las propuestas económicas -Blair prometió un manifiesto específico sobre este importante tema- corren paralelas a las formuladas por los tories. Controlar el gasto público, mantener baja la inflación y los tipos de interés no subir los impuestos personales y fijarse el objetivo -en un impreciso futuro- de situar la banda mínima del impuesto sobre la renta en el 10%. Otro de los compromisos asumidos por los laboristas es mejorar la situación de la sanidad pública recortando los gastos burocráticos y desviando esos recursos a la atención sanitaria.

Los aciertos de Thatcher

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En su discurso de ayer, Blair reconoció que no todo han sido errores en 18 años de Gobiernos conservadores. El manifiesto que presentaba acoge sin pegas la legislación thatcherista de los años ochenta que frenó el poder de los sindicatos. Y hasta la flexibilización del mercado laboral.En lo relativo al Estado de bienestar el partido que aspira a conquistar el poder en el Reino Unido se parapeta tras su condición actual de partido de oposición para abordar el tema sólo de pasada. Tampoco mencionó Blair en su resumen del manifiesto más que superficialmente los cambios constitucionales que el partido se compromete a acometer una vez en el poder. Reforma de la Cámara de los Lores y Parlamentos autónomos para Escocia y el País de Gales. Uno de los aspectos más atacados por los tories. En cuanto a Europa, Blair prometió de nuevo que su partido mostrará "liderazgo en Europa", exigió la reforma de la política agraria común (PAC) y apostó por Ia Iínea de flexibilidad laboral que ha hecho famoso al Reino Unido en los años del thatcherisnio. Los laboristas proponen también un referéndum sobre la moneda única, aunque son partidarios de firmar el capítulo social.

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