Con Aznar, a la revolución social
No deja de sorprenderme la caída del caballo de los hombres del Partido Popular. Tras descubrir que algunos ricos defraudan al fisco, el siguiente paso no es menos asombroso: quien tiene más dinero puede pagar el fútbol codificado, mientras que para jubilados, parados y un gran número de trabajadores resulta un lujo. De seguir por este camino, Aznar y sus muchachos descubrirán que incluso hay señores que pagan entrada para verlo desde el campo, y quien no puede hacerlo. No se- detengan ahí, sigan, por favor.Pronto verán que la codificación está muy extendida: viajes, escuelas, restaurantes, vivienda, no son iguales para todos. Y no es, desde luego, por la famosa "libertad de elección". ¡Ni siquiera todos podemos adquirir las acciones de Telefónica, el colmo! Pero hay más: hay quien no puede- trabajar, y quien no necesita hacerlo. Si me apuran, hasta el Parlamento está codificado: pueden verse entre sus señorías más abogados, inspectores de Hacienda y empresarios que albañiles, camareros o parados. O los mecanismos de acceso a las cúpulas políticas están codificados, o se trata de las profesiones más extendidas.
Para mí resulta una sorpresa agradable, poco a poco van cayendo del caballo y tras descubrir el nacionalismo, ahora vislumbran, al fin, las clases sociales. Quién lo diría, ¡con Aznar, a la revolución social! También puede que esté equivocado, y todo sea pan y circo. O hasta puede que sólo circo, para adornar la próxima reforma laboral.-