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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

No es un juego

SI GONZÁLEZ dijo lo que dicen que dijo en el comité federal de su partido, hizo mal. También ha hecho mal el PP al responder a esa supuesta imprudencia con el recurso a los tribunales. En política hay que respetar las reglas del juego, pero la. política no es un juego.Emilio Azcárraga, el dueño de la empresa que controla la televisión mexicana, ha contribuido, según testimonios verosímiles, a financiar las campanas electorales del partido que gobierna en ese país desde hace siete décadas. Su empresa ha sido elegida -sin explicación- por el Gobierno del PP como socio extranjero de su opción en materia de televisión digital. Ello se presta a diversos comentarios, pero no autoriza a acusar sin pruebas al. PP de haber aceptado sobornos de Azcárraga. Por supuesto que no es lo mismo decirlo en unas declaraciones para el telediario que en una, reunión interna del partido, pero una sesión del comité federal no es propiamente una reunión privada. Además, se sabe que lo que allí se diga, especialmente si quien lo afirma es Felipe González, va a trascender. Si dijo lo que dicen que dijo, González pecó como mínimno de imprudente, si bien no es lo mismo un comentario a micrófono cerrado que una afirmación en medio de un discurso.

Sin embargo, su declaración posterior si tengo algo que decir lo diré públicamente"- debió considerarse, pese a la calculada ambigüedad, suficiente como rectificación, al menos como reconocimiento de que carece de pruebas o indicios que justifiquen la insinuación. A alguien del PP se le ha ocurrido, sin embargo, que el asunto podía dar juego como tema para prolongar la bronca en que estamos desde hace mes y medio. Nos parece un error. Con la de asuntos que tiene pendientes la justicia, hacer que intervenga en querellas tribales entre partidos resulta poco ejemplar para un partido que tiene la responsabilidad de gobernar. La distinción hecha por el portavoz del PP en el sentido de que era el partido del Gobierno, y no el Gobierno, quien presentaba la demanda revela que también ellos son conscientes de pisar un terreno resbaladizo: la gente no hila tan fino. Por lo demás, se trata de una finta sin otro efecto que envenenar las relaciones entre ambos partidos. Algo muy entretenido para el club de amigos de la bronca, pero incoherente con las necesidades del momento.

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